Capítulo 9

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Gino
Comenzaba con los preparativos esta noche, ya quería verla...

Hanna
Desperté y observe por la ventana de la habitación... Como el sol se metía y era... Un atardecer perfecto, era una de las pocas cosas que me gustaban observar y disfrutar de ellas.
De pronto, la puerta se abrió y entro a la habitación una enfermera.
-Hanna, el doctor dijo que tuviste una recuperación considerable, ya que esta misma noche podrás ir a casa, si necesitas ayuda solo llámame, estaré con la silla de ruedas esperando en la recepción.. Cuando estés lista vendré -se expresó con una esbelta sonrisa y asentí.
-No pareces emocionada-dijo confundida.
-No, no lo estoy-dije sin alguna expresión alguna-solo que...
Enfermera Sáenz, reportarse en recepción-dijo una voz a través del altavoz.
-Lo siento nena, platicamos después.
Acomodo la almohada de la paciente con la que compartía la habitación y luego se fue.
Tendré que irme, no se como solucionaría mi problema, mi "madre" dijo que había pagado a una fisioterapeuta para las sesiones, tratando de recuperar la movilidad de mis piernas... No tengo esperanza alguna.
Bien, a penas llegando a casa prepararé la dieta que haría perder todos los kilos que subí en estos días, gorda no estaré toda la vida... Ya era bastante malo pasar como: la rara, la depresiva, la fea, la loca y ahora no pasaría como "la gorda".

Gino
Estaba todo listo...
Iré a recoger a Hanna del hospital y llevarla a su muerte... A su muerte de la ternura, bueno no exactamente.. Mal chiste.

Hanna
Bien prepararé mis cosas.. Y en unos minutos estaré en casa.. Sola y jodida otra vez.
Un momento.. No puedo moverme.
Llamaré a la enfermera, ¿dónde se encuentra la caja esa con la que la puedo llam..
Algo me interrumpió.
-Hanna, te mandan esto dijo-sostenido unos lindos globos como los que le dejaron a mi compañera de cuarto.
-Están precios... ¡espera! Dile al imbecil ese que no quiero verlo, que recuerde lo que hizo hace mucho- dije con euforia.
Entró... El entró y a el si lo quería ver.
-¿Fui tan imbecil para que no quieras verme?-dijo con una sonrisa.
Su sonrisa era tan.. Herm.. ¡Alto! Hanna es Gino.. ¡Es tan baboso!
-¿Por.. Porque viniste?-dije titubeando.
-Llamaron del hospital, dijeron que hoy te darían de alta... Quise ver como estabas y si quieres puedo llevarte a casa después-dijo
-¿Que se se supone que eres tu de mi? Para que el hospital este llamándote- dije furiosa.
-Tu novio, seria tu novio-dijo
Se escuchaba bien.."novio", ¡por dios! Ese baboso no puede ser mi novio.
-De acuerdo, ya quiero irme... ¿Podrías llevarme a casa?-dije.
-Por su puesto-dijo.
-Podrías llamar a la enfermera, necesito ayuda para alistar mis cosas.
-No te preocupes, ya la enfermera alisto todo-dijo con una sonrisa.
-Pero si no fui y... Me pausó..
-Si, lo hice yo... Pensé que sería lo mejor.
-Pues pensaste mal, que pasaría si en mi maleta habría cigarros, marihuana y otras cosas prohibidas-dije molesta.
¿Quién se creía el para mandar a alistar mis maletas?
-Lo siento, pensé que sería lo mejor, ¿lo arruine no?-dijo decepcionado.
-Bien, ya deja de cursilerías que eso me ahoga, ¡vámonos ya!
-Bien, ¿pero es en serio?-dijo
-Bien, ¿qué es en serio?
-Que traes marihuana-dijo riendo.
Sonreí.
-No hagas eso-dije sin ninguna expresión.
-¿Qué?-dijo confundido.
-No me saques sonrisas, no lo hagas-dije.
-De acuerdo-dijo, aún confundido.

Gino
¿No hacerla reír?
Esa chica si que esta loca, ¿arriesgarme? Lo haré, haré que sonría a cada momento, cada hora y cada segundo.
Salí un momento de la habitación de Hanna, tenía que traer la silla de ruedas...y eso la pondría mal, ella se guarda todo por dentro, ella no quiere que veas lo que guarda dentro, ella es como un libro... Solo te enseña la portada pero no lo que hay dentro.
La portada es fría, seria, sencilla y son de esa clase de libros que nadie lee pero que todos deberían hacerlo, descubrir lo que hay dentro... La delicadeza, inseguridad, el miedo y todo lo que puedas imaginar que existe en una persona.
Caminé hasta la recepción para recoger la silla.
-¿Necesita ayuda?-preguntó una enfermera.
-Si, la silla de ruedas de la habitación 174-dije
-Claro, en un momento la llevo-dijo, expresando una sonrisa.
-Gracias-dije, devolviendo la sonrisa.
Caminé de retorno hacia la habitación de Hanna.
-Hanna, todo esta listo, ya nos podemos ir-dije.
-Claro, traerán la silla-dijo, sin expresión alguna en su rostro.
-De hecho si, ya la están trayendo-dije.
Sonó la puerta y la enfermera entró con la silla, ¿puedo ayudarlo en algo más?-preguntó.
-¿Podría ayudarme a subir a la silla?-preguntó Hanna.
-Por supuest...
La interrumpí.
-Yo lo hago-dije, gracias ya se puede ir.
-Bueno-dijo la enfermera.
-¿Pero?..¿pero?
-Nada de peros-dije
Me acerque a ella, la cargue en mis brazos, me estremeció el cuerpo con tan solo tenerla en mis brazos, era tan frágil..
-¡Gino! ¡Gino! Ya bájame-gritó
-Deja de reírte-dijo molesta.
-¿Sabes a que me recuerdas?, cuando eras niña y te molestabas conmigo por haberte empujado al barro, toda gruñona y gritona.
-Deja de burlarte-dijo riendo.
Lo logre, se rió.

Posdata: regrese :)

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