Stay Beautiful

Capítulo 17

                            Hanna

Me resultó extraño porque aquel chico se había puesto furioso de repente... ¿Quizá se equivocó? Bueno, la verdad es que no me importa... No tendría porqué importarme. No lo conozco.
Aún sigo sin poder mover las piernas, y el dolor invade mi cuerpo.
¿Qué había pasado conmigo?
¿Y mamá?
Observé la sala y frente a mis ojos vi un aparato, se supone que con eso podrías llamar a una enfermera para que te traigan lo que necesites o algo así.
Apreté el botón rojo y esperé..
Pasé mucho tiempo en espera, hasta que por fin vi la perilla girar. Era una enfermera preciosa... Tenía el cabello debajo de la cintura, con un rostro angelical sin ninguna imperfección alguna... La sonrisa en su rostro no podía compararse con nada más.
–¿Hanna?–preguntó.
¿Ella me conocía? Y el día estuvo aún más raro de lo normal..
–¿Me conoces?
–Por su puesto–dijo, sonriendo.
–¿Por qué no te recuerdo?
–Hable contigo antes de que cayeras en coma, ¿recuerdas? Te dije que tenías que ser fuerte, porque sabía que después de lo que pasó, tu despertarías... Me siento emocionada–comenzó a llorar.
¿En coma? ¡Dios! ¿Qué había pasado?
No respondí.
–Es imposible que lo recuerdes, no te preocupes... Tú novio corrió furioso por todos los pasillos del hospital... ¿Está todo bien?–preguntó.
–¿Mi novio?–reí.
–Si, tu novio... Estuvo todos los días, desde que te ingresaron al hospital, debo admitir que es muy lindo. Te leía todos los días, sin falta alguna... Incluso, en tu cumpleaños, trajo la guitarra y te cantó, flores preciosas, también estaba su madre... Nunca se separó de ti.
–Pero yo no tengo novio..
–¿Hanna? ¿Puedo hacerte algunas preguntas?–preguntó.
–Si, ¿por qué?– me extrañó.
–Reglas del hospital–dijo.
Asentí.
–¿Cuándo naciste?
–Fácil, el 7 de julio de 1998.
–Bien. ¿Con quién vives?
–Con mi madre, por qué.. Papá y ella se separaron cuando era muy pequeña.
–¿Tú padre?
–Si, él es muy gentil... Por cierto, ¿dónde está?
–El no vendrá Hanna..
–¿No vendrá?... ¿Y mamá?
–El murió Hanna. No vives con tu madre, ella se fue.
–¿Es broma verdad?–reí.
–Hanna, lo siento mucho..
–¿Por qué, si es una simple broma? Quiero verlos por favor, preguntarles qué pasó..
–Hanna ellos no están aquí... No vendrán. Perdiste la memoria.
–Quiero verlos, por favor–repetí.
–Hanna..
–¿Qué no entiendes que quiero verlos?–grité.
–Lo siento–dijo.
Se acercó con una jeringa..
–Aleja eso de mi, ¡quiero verlos!–dije llorando... ¡Quiero verlos!–repetí.
El filo de la jeringa se sintió y mis ojos se cerraban..

                             Gino
Solo está jugando, debe ser una broma. Ella siempre lo hace y aún más porque está herida por lo que pasó.
Ella está bien.
Ella volverá.
Solo es un juego.
Lloraba, no podía evitarlo.
¿Si ella no vuelve? ¡Qué carajos haré!
Me sentía furioso..
¿Qué clase hospital de cuarta es este? No puedo hacerlo bien, me la tengo que llevar. Otro lugar, ella mejorará, ella estará bien.. Otro lugar.
Me la iba a llevar, iba a estar todo bien.
Corrí por los pasillos hacía la recepción para pedir el alta de Hanna y llevármela.
Pasillo tras pasillo por fin logré llegar.
Vi que Diana, la enfermera de Hanna conversaba con un doctor. Hablaré con ella, ella dejará que me la lleve.
–¡Diana!–grité.
Volteo su mirada y se encontró conmigo.
Estaba yendo furioso, iba a reclamarle. Ella me dijo que estaría bien..
–Gino, tranquilízate por favor–me dijo con una suave voz.
–¡Me dijiste que todo estaría bien, Ella no lo está! Maldita sea Diana–gritó.
–Ella no iba a despertar Gino–te lo dije.
–¡Me mentiste!–grité... Todas las personas del pasillo, voltearon sus miradas hacia nosotros.
–Gino, por favor... Cálmate, no es el momento.
–¿Qué no es el momento? Viste cómo está Diana, ella no es mi Hanna, ella no está bien... No es ella–rompí en llanto.
Sentí que sus brazos estaban alrededor de mi.
–Todo estará bien, lo prometo–susurró en mi oído.
Asentí.
–Ven conmigo, tengo que explicarte lo que pasará con ella.