𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗧𝗛𝗘 𝗙𝗫𝗖𝗞 - MG.SY

★ 05

Gou MingRui no era un niño común y corriente, sumergido en videojuegos y en sus primeros amores. Desde que tiene memoria, su familia ha sido un grupo reservado, cada uno lidiando con sus propias preocupaciones y problemas.

Los almuerzos, cenas y desayunos en su hogar estaban envueltos en un silencio abrumador. MingRui siempre se preguntaba si existía algo más allá de esas tres frases de cortesía: "Buenos días, buenas tardes y buenas noches".

Cuando ingresó a la escuela primaria, experimentó un mundo completamente diferente al que estaba acostumbrado. Era un lugar lleno de algarabía, risas, carreras y juegos. Todo parecía tan ajeno y desconcertante para él.

MingRui se sentía extraño en medio de aquel bullicio. La incapacidad de expresarse se convirtió en un gran obstáculo para él. A una temprana edad, aún no sabía que esto sería un problema en su vida escolar.

Sin saber cómo comunicar sus pensamientos y emociones, recurrió a actos de rebeldía. Comenzó a burlarse, empujar e intimidar a otros, desatando la frustración que llevaba dentro. Cometió errores de los que posteriormente se arrepentiría.

A lo largo de su educación primaria, MingRui adquirió un estatus de temor y distancia. Las personas le evitaban, y para él, eso era lo mejor.

Cuando ingresó a la secundaria, su perspectiva comenzó a cambiar. Se preguntaba si era necesario seguir molestando a los demás y por qué lo había hecho en primer lugar. Estas preguntas resonaban en su interior, pero para un MingRui incapaz de abrirse emocionalmente, las respuestas seguían siendo un enigma.

Con el tiempo, se alejó de sus compañeros de clase y evitó hacer amistades. Solo deseaba terminar esa etapa escolar y librarse de personas que solo sabían criticar, así como de profesores que lo juzgaban únicamente por sus calificaciones.

Sin embargo, cuando llegó el momento de ingresar a la preparatoria, surgieron problemas de salud. Empezó a sangrar por la nariz sin motivo aparente, se cansaba fácilmente durante las clases de educación física, su piel se volvió cada vez más pálida e incluso se desmayó en los baños de la escuela.

El colegio alertó a sus padres y lo enviaron a realizar exámenes médicos para determinar la causa de su deterioro. Ese día, la vida de MingRui se desmoronó ante los ojos de Craig, su futuro se oscureció.

"DIAGNÓSTICO: LEUCEMIA AGUDA".

Sus padres estaban igual de sorprendidos que él. Su hijo mayor se encontraba luchando contra una enfermedad incierta, una batalla que no sabían si ganarían.

En un abrir y cerrar de ojos, MingRui fue ingresado en el hospital, en la sección de pediatría, a pesar de tener tan solo 16 años. Sus padres creyeron que era la mejor decisión, sin siquiera consultarle.

Por más que MingRui intentara, no lograba visualizarse saliendo de esa enfermedad que le había arrebatado el control de sus manos. La leucemia aguda se había convertido en su sombra constante.

"¿Será este el karma por el bullying que hice en primaria?"

Se cuestionaba MingRui en silencio. No tenía respuestas claras, solo sentimientos de culpa y remordimiento. La enfermedad parecía castigarlo por sus acciones pasadas, como una deuda que debía saldar.

No obstante, en lo más profundo de su ser, anhelaba encontrar la forma de expresarse con alguien, de poder comunicar sus pensamientos, temores y esperanzas. Anhelaba la conexión con alguien especial, alguien dispuesto a escucharlo y comprenderlo, para así encontrar un poco de paz en medio de su adversidad.

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Desde la última vez que estuvo en esa sala, ShuYang quedó pensando en las palabras del individuo con gorro azul.

"El café no engorda"

La idea parecía intrigante, pero también generaba dudas en su mente adolescente. No sabía si creerle por completo.

¿Realmente el café no engordaba?

Siendo solo un joven de 16 años, ShuYang sabía que no le permitirían consumir esa preciada bebida sin antes consultar a un médico. Observó el reloj de la habitación y notó que eran las nueve de la noche. Pronto, a las diez, todos deberían estar durmiendo. Sin embargo, una idea peligrosa comenzó a rondar su cabeza.

Con cuidado, salió de la habitación y se encontró con un pasillo vacío. El letrero de las enfermeras estaba lejos de su alcance. Avanzó lentamente hacia la cocina, que también parecía desierta. Era la primera vez que veía el comedor vacío.

Nervioso, ShuYang se rascó las manos, abriendo pequeñas heridas debido a su inquietud de ser descubierto. Finalmente, llegó a su objetivo: la cafetera.

Afortunadamente, había granos molidos y listos para preparar una taza.

Sus manos temblorosas se aferraron a la cafetera mientras comenzaba a preparar el café en silencio. Una vez frente a la taza, los temblores cesaron cuando tomó un profundo suspiro.

¿Cuándo había dejado de tomar café?

Extendió su mano para agarrar la taza, pero accidentalmente derribó una tabla cercana. Era una tabla de calorías. El descubrimiento repentino detuvo a ShuYang, quien dejó la taza a un lado y comenzó a leer detenidamente la lista de calorías.

"Pan... 250 kcal... leche 150 kcal... zumo de naranjas 23 kcal... crema chantilly 200 kcal... Coca Cola 78 kcal... batido de chocolate 345 kcal..."

ShuYang continuó leyendo toda la lista, sorprendiéndose al darse cuenta de las calorías que contenían los alimentos que solía consumir diariamente. Todo parecía tener calorías.

Desesperado, buscó desesperadamente el café en la tabla y, para su alivio, descubrió que una taza de café tenía 0 calorías. Agarró la tabla con fuerza y extendió su brazo para finalmente tomar un sorbo de su tan anhelado café.

"MingRui tenía razón, no engorda"

Pensó ShuYang, sintiéndose aliviado al confirmar su creencia. Sin embargo, su breve momento de paz se vio interrumpido por el sonido de los altavoces.

La voz resonó por todo el lugar "CÓDIGO R58 A SALA 16, HABITACIÓN 10"

La repetición constante del código generó una sensación de desconcierto en ShuYang. ¿Qué significaba ese código R58?

Miró a través de la ventana de la cocina y alcanzó a ver a médicos y enfermeras corriendo hacia su sala, llevando consigo una camilla manchada de sangre. No logró reconocer a la persona que estaba sobre la camilla, pero su mente se llenó de preocupación y confusión. Sin entender completamente lo que estaba sucediendo, ShuYang decidió regresar rápidamente a su habitación y encerrarse.

Cerró la puerta detrás de él y se dejó caer en la cama, intentando procesar lo que acababa de presenciar.