𝗪𝗛𝗔𝗧 𝗧𝗛𝗘 𝗙𝗫𝗖𝗞 - MG.SY

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ShuYang despertó lentamente, sintiendo una sensación cálida y reconfortante en su cabeza.

Al abrir los ojos, se encontró acurrucado en el pecho de MingRui, cuyo gorro azul resaltaba su cabello castaño, la respiración profunda y regular de Gou era una melodía relajante, y el latido constante de su corazón parecía transmitir tranquilidad al amante de café. Aunque se sentía cómodo en esa posición, se sentía imprudente por dormirse encima de él.

La pelicula proyectada en la pantalla iba a la mitad, no sabia de que trataba pero quizo volver a cerrar los ojos.

— ShuYang, ¿sigues despierto? —El castaño consideró responder, pero el deseo de permanecer inmerso en la calidez del momento lo venció. Prefirió cerrar los ojos y disfrutar en silencio de la cercanía, dejando que las palabras se perdieran en el aire— .. gracias, nos conocemos solo unos meses pero aún así eres la única persona con la que me he sentido más feliz y capaz de expresarme en toda mi estúpida vida

El halago sincero llenó su pecho de un calor que empujó un rubor a sus mejillas percibiendo cómo el corazón de MingRui comenzó a latir con mayor rapidez, un eco del palpitar de sus propios sentimientos. A pesar de ello, la respiración de MingRui permanecía serena.

Con una pequeña sonrisa curvando sus labios, ShuYang cerró sus ojos una vez más, anhelando encontrar serenidad en la cálida y reconfortante respiración de MingRui que lo envolvía suavemente.

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Las semanas se consumían muy rápido y, cada día que pasaba, ShuYang iba al ritmo de ése tiempo, poco a poco mejoraba aunque le resultaba difícil, sin embargo, las palabras de MingRui habían dejado una huella profunda en su mente que lo permitían avanzar en ésos obstáculos.

La frase sencilla que se convirtió en su dilema, "Es solo un tonto dulce" resonaba en sus pensamientos, recordándole que, a pesar de ser una gran estupidez, la comida era una necesidad básica.

Aunque se había dado cuenta de la importancia de la nutrición, seguía resistiéndose a admitir que había caído en la trampa de un trastorno alimenticio, simplemente no lo aceptaba, pero en cambio, había encontrado un consuelo en rituales inusuales relacionados con la comida dejando atrás las intravenosas, que antes eran sus compañía más destacada.

Estos rituales, aunque extraños para los demás, eran su forma de enfrentar gradualmente su relación complicada con la alimentación, cada elección consciente de tomar un bocado, cada pequeño paso hacia una relación más sana con la comida.

Ahora las noches la pasaba con el chico de gorro azul, convirtiéndose en un refugio donde ambos compartían conversaciones variadas, sin embargo, ShuYang comenzó a notar que MingRui se volvía más pálido y delgado con el tiempo, aún así no era capaz de preguntar el porque.

Hoy era una de esas noches, el dueño del cuarto permanecía semi sentado apoyando su espalda en la cabecera de la camilla mientras que Ren estaba acostado sobre su pecho también dándole la espalda mirando el techo estrellado.

— Cincuenta y dos —Contó él teniendo a un MingRui inquietó, jugando con sus mechones castaños— Tienes cincuenta y dos estrellas en el techo —A Gou le gustaba el cabello de ShuYang y a pesar de intentar peinarselo abajo, siempre terminaba su cabello desordenado, y eso le encantaba—

"Cincuenta y tres contigo" —Reprimió su comentario en su mente— Me gusta tu pelo —Dijo ignorando todo lo dicho por ShuYang y su mente—

— ¿Ah? —Los ojos de ShuYang siguieron observando el techo de la habitación para luego reaccionar con unas cuantas risas— Eres la primera persona que me lo dice —dijo sin dejar de sonreír— Normalmente siempre me dicen que me lo peine o que se ve mal.