𝐎𝐧𝐞

433 39 4
                                    

𝟎𝟏. 𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧𝐬

 𝐓𝐡𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧𝐬

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─────────────────────

Demasiada gente hablando demasiado alto, no lo soportaba, hacían que me doliese la cabeza. Me aferré a las asas de mi mochila, estaba segura de que los nudillos se me iban a poner blancos de tanto apretar. Ni siquiera estaba prestando atención a lo que mis compañeros comentaban, simplemente no me podía concentrar.
Aceleré el paso para poder llegar a mi clase antes de tener que volverme a casa por encontrarme mal. A medida que me iba alejando del bullicio ese intenso dolor iba disminuyendo.

Había algo que me molestaba más que el ruido de cientos de adolescentes hablando, una sensación rara en mi pecho. Sentía una especie de tirón en el corazón, que me atraía hacia algo que no lograba entender muy bien, era un dolor leve pero muy molesto. Incluso pensé que me podría estar dando un ataque al corazón, pero mi padre descartó esa teoría.

—¡Abbie!— Marta se acercó a toda prisa, ganándose una mala mirada de mi parte, sabía que odiaba que alzase tanto la voz.

—Por favor, no me grites— dejé la mochila sobre la mesa, sentándome de mala gana en mi sitio antes de hundir la cara en la mochila, usándola de almohada. Ahora mismo solo quería dormir.

—Bueno, bueno, parece que estás de resaca y ni siquiera bebes— rio ella, acariciando con cuidado mi pelo.

—Deja de decir tonterías, anda, y suéltalo— la conocía, si se me había acercado así era porque tenía algo que contarme.

Levanté un poco la cabeza para mirarla, sus rizos negros enmarcaban un rostro sonriente y unas mejillas algo sonrojadas. Solo la había visto así cuando llegó un nuevo profesor bastante joven, estuvo obsesionada con él hasta que al pobre lo echaron porque los alumnos no le hacían ni caso. Era una pena, me caía bien.

—Tenemos nuevos compañeros— su sonrisa se ensanchó y yo volví a mi anterior posición, no me interesaba demasiado— y son guiris*, no me preguntes porqué se han mudado a mitad de curso, porque no lo sé, pero según me han contado parecen sacados de una de esas películas adolescentes estadounidenses.

—¿Ah sí?— murmuré cerrando los ojos —qué interesante, mira a ver si te ligas a alguno y me dejas en paz.

Noté un golpe no muy fuerte en el hombro, me removí molesta y le aparté la mano. Marta siempre acababa golpeándome cuando me meto con ella, es su lenguaje de amor aunque a veces acabe con algún que otro moratón. Esperaba laguna reprimenda por su parte, pero estaba demasiado callada, cosa que me extrañó porque si por algo se caracterizaba era por no poder mantener la boca cerrada.

𝐁𝐔𝐓𝐓𝐄𝐑𝐅𝐋𝐘 || 𝐓𝐰𝐢𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora