𝐓𝐡𝐫𝐞𝐞

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𝟎𝟑. 𝐀𝐭𝐭𝐚𝐜𝐤𝐞𝐝

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—¿Estás nerviosa?— la voz de Marta salía por el altavoz de mi teléfono móvil.

—No, ¿por qué lo estaría?

Era mentira, una colosal mentira. Mi armario estaba prácticamente vacío, la ropa esparcida por toda la cama y mis manos algo temblorosas. Llevaba dos horas intentando escoger un atuendo adecuado, no sabía muy bien por qué, quería causar una buena impresión. A pesar de que conociese ya casi a todos los Cullen y me hubiese desmayado solo un poquito, quería que me viesen bien, no como una idiota que no puede soportar el ruido del timbre del instituto.

—No sé, tal vez porque vas a estar con los Cullen, en su casa— parecía emocionada —por favor, haz fotos, quiero. No. Necesito ver cómo es la casa de esas personas.

—Primero, no pienso hacer eso. Segundo, podrías verla tú misma si no te hubieses negado a venir. Sé perfectamente que hoy no tienes nada que hacer por la tarde.

Miré el reloj de la mesilla de noche, eran casi las cinco y media y Emmett vendría por mí a las seis. O me daba prisa o, encima de idiota, iba a ser también una tardona.

—Oh, venga, he sentido la desagradable mirada de Rosalie— se quejó —era una de esas que dicen: "sólo te invitamos por educación, pon un pie en mi casa y aparecerás descuartizada en el contenedor del instituto"— reí, menuda mente tan imaginativa —así que, no, a mí no me han invitado.

—Sí, ya, lo que tú digas, cielo— tomé el móvil —te dejo que llego tarde.

—Vale, pero no te olvides de las fotos— me recordó antes de que la colgase.

Corrí a la ducha, helándome cuando me metí debajo del chorro, no tenía tiempo para que se calentase siquiera. A veces, me acordaba de lo mal que lo pasaba cuando el síndrome comenzó, ni siquiera podía ducharme sin que me diese un dolor de cabeza. Era realmente terrible no poder hacer las cosas que haría una persona normal como ver la tele a un volumen en el que no tengas que leer los labios de los personajes para enterarte de lo que dicen; o poner música mientras limpias tu casa. Pasé semanas sin poder salir de casa solo porque, para mí, la gente hablaba en un tono demasiado alto, por poco repito segundo de secundaria.

Pero ahora estaba mejor, mucho mejor, o eso creía. Llevaba ya un año sin tener un desmayo, pero ha vuelto a pasarme, también tuve un ataque de ansiedad el otro día en clase por el sonido del reloj del aula. Y, para mejorarlo todo, ahora mi pecho duele sin motivo aparente, calmándose en contadas ocasiones. Era extraño que pasase solo cuando me encontraba cerca de algún Cullen, mágicamente mi pecho dejaba de doler y todo parecía ir bien, hasta que me separaba de ellos.

𝐁𝐔𝐓𝐓𝐄𝐑𝐅𝐋𝐘 || 𝐓𝐰𝐢𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora