POV.CHRISTIAN.
—Señor su café— escucho al chico que me atendió hace poco
—Gracias— digo mientras saco mi celular del bolsillo de mi pantalón
—Si necesita algo más me puede indicar
Negué.
—Ah, no gracias está bien solo el café
El asiente y se retira. Observo desde la ventana la calle ya que me tiene inquieto saber cómo le irá a Anastasia, sé que su amiga Kate es una mujer de carácter fuerte y bueno algo problemática solo espero que nada suceda con ella.
Suspiro. Esperar no es mi fuerte.
Para mí es casi imposible de creer que Ana este aquí de vuelta, es un sueño que no creí que se volvería realidad. Puedo pensar que es alguna alucinación de las tantas que tuve anteriormente, pero no es así ella es real y es lo que más me gusta.
—En otras noticias el dólar sube su valor, muchos países tienen problemas de inflación ante aquel suceso— escucho al reportero en la televisión.
Mi celular vibra y observo que es un mensaje de Taylor.
Taylor: Señor, buenos días, Sofía me indico que a las 2:00 p.m. estará aquí en Escala.
Suspiro al menos accedió a ir. Rápidamente tecleo una respuesta.
Repuesta: Buen día Taylor, perfecto gracias.
Bebo un poco de café, mientras reviso algunos correos eléctricos, rápidamente respondo los que me permito y vuelvo a mirar a la ventana. No sé ¿Cuánto le tome a Ana, hablar con sus amigas? Me sigo desesperando más.
¡Joder!
Me remuevo en la silla inquieto. Intento mantener la calma, la expectación y la ansiedad hacen que se me forme un nudo en el estómago. Supongo que debí de acompañarla, pero ahora es cuando menos quiero ser una molestia para ella quiero lograr lo mejor de mí y causar un impacto diferente en ella.
Debo corregir sabiamente aquello malo en mí, y una de esas es ser posesivo e incomprensible. Es momento de volver al ruedo, pero sabiendo muy bien que paso dar, no quiero repetir la misma historia de hace 5 años ahora Anastasia y yo tenemos una hija y es momento de actuar como tal. Yo soy mayor que ella y actuó como un maldito chiquillo problemático debería de entender mucho mejor las cosas, pero no es así.
Observo la hora en mi celular y suspiro ya lleva una hora con ellas, bueno tengo que darle su espacio con sus amigas posiblemente tengan preguntas, así como yo, pero prefiero por ahora dejar las cosas como están. Para matar el tiempo decido comprar un periódico con un crucigrama, pero para mí mala suerte soy impaciente apenas he logrado ingresar 5 palabras mientras que lo demás sigue vacío, es absurdo mantenerme tranquilo incluso con este juego de palabras.
Vuelvo a observar por la ventana y al fin a veo a Ana salir de casa. Tan rápido como puedo salgo de la cafetería y camino en su dirección.
—Anastasia— la llame mientras estaba a escasos metros de ella cuando estaba más cerca la miré detenidamente pero su gorra estaba más cerca de su rostro —¿Qué sucede? —pregunté preocupado frente a ella. — ¡Ana!
—Lo siento...—la escuche susurrar y de imprevisto se lanzó sobre mi pecho— lo siento tanto...— la escuché repetir mientras sollozaba, de pronto la briza empezó a caer sobre nosotros
Me preocupé y la abracé
—Ana ¿Qué sucede? ¿Porque dices eso?
—Tu y todos deberían odiarme por engañarlos— dice con desesperación.