Guardianes de Otro Mundo

Regreso a Casa

Los héroes se quedaron paralizados al ver a la persona que estaba frente a ellos. Era un joven se veía de la edad del Mackenzie arquero. Sus ojos eran de un azul intenso, pero estaban opacos y cansados. Su cuerpo era delgado y frágil, y se sostenía con dificultad.

El joven los miró con una mezcla de sorpresa y alivio, y trató de sonreírles. Con una voz débil y ronca, les dijo:

- Hola... Soy Eliseo... El verdadero Eliptron...

Los héroes no podían creer lo que oían. ¿El verdadero Eliptron? ¿Qué significaba eso? ¿Quién era ese joven? ¿Qué le había pasado?

El joven les hizo una seña para que se acercaran.

Los héroes se acercaron con desconfianza y en guardia con sus armas.

Pero no los atacó, les dijo

"Les tengo que contar algo, pues no me queda mucho tiempo, y tienen que saber la verdad."

Les contó que hacía unos cuatrocientos años, él era un guerrero del reino de Zalazar, un antiguo mago que gobernaba con sabiduría y bondad. Eliseo era el mejor amigo de Zalazar, y su mano derecha. Juntos, habían explorado los secretos de la magia y de la tabla sagrada, una reliquia que podía abrir portales a otros mundos.

Les contó que un día, Zalazar le pidió que lo acompañara a una de sus expediciones a otro mundo. Eliseo aceptó sin dudar, confiando en su amigo. Pero lo que no sabía era que Zalazar tenía un plan oculto. Zalazar había encontrado un espíritu oscuro en uno de los mundos que había visitado, y había decidido usarlo para aumentar su poder.

Les contó que cuando llegaron al otro mundo, Zalazar le tendió una trampa. Usando un hechizo, mientras nadie estaba cerca, le implantó el espíritu oscuro en su pecho, y lo convirtió en su esclavo, se encubrió diciendole a todos que se había corrompido por el portal. El espíritu oscuro tomó el control de su cuerpo y de su mente, y lo transformó en un monstruo. Un monstruo al que el mismo se llamó Eliptron.

Les contó que desde entonces, él había sido el títere de Zalazar. Había hecho todo lo que él le ordenaba, sin poder resistirse ni rebelarse. Había atacado a inocentes, destruido aldeas, sembrado el terror. También les dijo que afortunadamente pudo acabar con Zalazar matandolo, pero era muy tarde el espíritu ya tenía mucho control de su cuerpo y era imposible sacarlo.

Les contó que él había visto todo lo que hacía Eliptron, pero no podía hacer nada para evitarlo. Solo podía observar con horror y culpa, sintiendo el dolor y el sufrimiento de sus víctimas. Solo podía llorar y suplicar por dentro, pidiendo piedad por sus víctimas.

Les contó que él había esperado durante siglos la oportunidad de liberarse de Eliptron. Había esperado la llegada de unos héroes que pudieran derrotarlo y acabar con su pesadilla. Había esperado la llegada de alguien que le hiciera frente.

Para cuando acabó de contar la historia ya se veía incluso más mayor que ellos.

Los héroes escucharon con atención y asustados vieron cómo iba envejeciendo rápidamente Eliseo. No podían imaginar el tormento que había vivido durante tanto tiempo. No podían imaginar el valor que había tenido para soportarlo.

Los héroes sintieron compasión y respeto por Eliseo. Le dijeron que lamentaban lo que le había pasado. Le dijeron que habían venido a derrotar a Eliptron para obtener la tabla dimensional, una tabla especial que les permitiría volver a su mundo.

Eliseo los miró con una expresión de gratitud y esperanza, y les digo que la tabla estaba en esa habitación, también les dijo que él tenía una gema, y que se las daría con gusto. Les dijo que la gema tenía una propiedad especial: podía mantener el portal abierto indefinidamente.