capítulo uno

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─ ¡Mimi! ─Yoongi miraba todo el departamento confundido, su gatito se había escondido nuevamente ─. Mimi, no es gracioso, sal ─hizo un puchero en cuanto lo vio en el sillón observándolo fijamente ─. Mimi, no te escondas, siempre te escapas ─suspira cansado para echarse en el sillón y tomarlo entre sus brazos y comenzar a acariciarlo.

No tenía alguna idea del porqué le había dado ese apodo, pero sentía que quedaba un poco con él.

─Mimi no vayas a salir, es peligroso allá afuera ─el gatito solo ronroneó ante sus caricias, se había vuelto muy apegado a él, cuando tenía oportunidad siempre estaba encima de Yoongi.

Le extrañaba que siempre quisiera estar a su lado, normalmente los gatos o la gran mayoría de ellos simplemente quieren su espacio.

─Tengo que irme ─se habla a sí mismo viendo la hora para dejar a Mimi a un lado e irse a su habitación.

Jimin se le quedó viendo hasta que desapareció de su campo de visión.

─Ahh, maldito humano. ¿Acaso no ves que te estoy cortejando? ─comienza a estirarse para caer nuevamente con flojera en el alcochonado sillón ─. Tal vez, debería... ─deja aquella idea a un lado. No podía mostrarle aún su lado humano, necesitaba más tiempo para que no lo corriera o lo delatara con la polica, necesita ganarselo un poco más.

Suelta un suspiro para volver a su forma humana en cuanto había pasado una hora de que se había ido Yoongi. Desnudo deambula por todo el departamento, aburrido.

Llega al cuarto de Yoongi y se pone a mirar nuevamente el álbum de fotos, habían varias en las que aparecía al parecer su familia, y con otros chicos, se veía tan alegre.

Pero ahora...

─ ¡Mimi! ─dio un respingón asustado para volver a su forma animal ─. Mimi... Cielos, qué susto ─el gato sólo soltó un "Meow" ladeando la cabeza para ir hacia él y saltar a su pecho. Yoongi comenzó a reír para acariciar al minino.

Dejó a Mimi en su cama para comenzar a desvestirse, despojada todas sus prendas frente a la mirada penetrante del gato quien no apartaba su mirada.

─Gracias Dios ─Jimin estaba mordiendo sus labios mentalmente gozando de aquella dicha todas las noches y mañana puesto que el menor solo dormía con bóxer.

─Voy a darme una ducha no hagas un desastre ─le advierte divertido para acariciar su cabeza y detrás de sus orejas.

Jimin sólo se limita a seguirlo hasta la puerta, siempre la dejaba abierta, así que podía disfrutar de ver semejantes atributos. Se sentía todo un acosador, pero sentía que tenía el permiso al estar viviendo en la misma casa y no le importaría ya que es un gato.

─Yoongi... ─Jimin suspira intentando reprimir sus deseos, sabía que se acercaba su celo, así que intentaría conquistarlo para antes del mes.

El chico de cabello naranja sale del baño sin su toalla, se había secado un poco dentro del baño. Le gusta mucho disfrutar de su desnudez y el secado al aire libre, Yoongi era una persona tan liberal.

─Mimi~ ─llama a su pequeño amigo quien no tarda en llegar a su pecho rasguñando un poco ─. Eh, eso duele ─se ríe un poco dándole un besito en su frente.

Se levanta de la cama para tomar un bóxer. Nuevamente se deja caer en la cama trayendo nuevamente a Mimi a su pecho, quedando completamente dormido. 

Jimin se le queda viendo, Yoongi tenía el sueño demasiado pesado, lo único que podía despertarlo era su alarma. Con cuidado salió de sus brazos para tocar su cabello negando.

─Deberías cuidarte más ─suspira para tomar una toalla y alzar su rostro con cuidado, masajeando su cabello, secandolo y tomándose su tiempo.

Le gustaba poder hacer esto sin tener alguna vergüenza, el chico había sido muy lindo y atento con él, es lo menos que podría hacer.

Pasados una media hora de hacer el trabajo y cercionarse de que estuviera seco, comenzó a acariciar su rostro, parecía un ángel.

─Jin... ─frunce el ceño en cuanto le escucha murmurar. Hacía varias noches que susurra aquel nombre mientras lloraba. No le gustaba verlo así.

─Hmmm ─se aleja de la cama para tomar nuevamente el álbum intentando ponerle un nombre a los rostros de esas personas ─. Jin...

Se quedó dormido sobre el álbum de fotos. Jimin no podía dejar de pensar en qué habrá pasado con el chico y porqué reaccionaba de esa manera.

Quería ayudarlo más.

Sabía que no podría hacerlo en su forma gatuna, pero encontraría la forma de hacerlo.

𓍯  ¡ᥲᥡᥙძᥲ, mі gᥲ𝗍᥆ 𝗊ᥙіᥱrᥱ 𝗍ᥱᥒᥱr gᥲ𝗍і𝗍᥆s! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora