capítulo 5.

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We can make it if we try..You and I..

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El silencio era pulcro en aquel lugar, como si de un cementerio se tratase. La oscuridad era combatida con tan solo una pequeña lámpara sobre aquel escritorio lleno de papeles que indicaban lo muy atareado que estaba. Las teclas de su laptop eran suavemente golpeadas por unos dedos llenos de pesadumbre debido a la hora en que todavía se encontraba en su oficina terminado las cotizaciones de lugar para el proyecto Cleveland, siendo hasta ese momento, el proyecto más grande que ha trabajado su constructora. Millones y millones de dólares en juego ante la apuesta de un proyecto que ahora estaba en sus manos.

Se permitió calentar su garganta con un trago de vodka puesto que era lo único que quedaba en su minibar. Si, había estado tomando más de lo habitual gracias al estrés que recorría su cuerpo. La puerta de oficina fue abierta abruptamente por un castaño que últimamente tenía como meta personal alterar su estado nervioso, si, tenía a Hwang Hyunjin pegado al zapato como un maldito chicle. ¿Por qué? bueno, la respuesta a eso, para su desgracia, Hyunjin era el ingeniero a cargo del proyecto, por ende, ambos debían formar una especie de equipo.

—Aquí tengo los planos, y las últimas cotizaciones—lanzó la carpeta sobre el teclado de la laptop en la que Jisung trabajaba—. El vuelo a Dublín sale en 45 minutos así que debemos apresurarnos—ese maldito tono de orden era lo que sacaba al morocho de sus casillas.

El mismo tomó la carpeta para echarle una hojeada—Hyunjin—llamó con un tono sereno.

—Que —el castaño tomó asiento frente al escritorio del morocho.

—Dime algo ¿Nunca te han metido un lápiz por el culo? —preguntó de la manera más amena posible.

Hyunjin ya estaba acostumbrado a esas groserías por parte de Jisung, ya había entendido que el menor no iba a cambiar su forma tan tosca de ser con él.

—No. Pero estoy muy seguro de que a ti si, y no precisamente un lápiz—replicó de la misma forma, sin darle tanta importancia.

Jisung ni siquiera se inmutó en mirarle.

—Uy ¿Con esa boca besas a la bruja que tienes por madre?

—Jisung, es muy temprano para que saques de mis casillas—advirtió, con un tono irritado naciendo en su voz.

El menor no dijo más. Terminó de revisar la carpeta y volvió dejarla sobre el escritorio, bajó la tapa de su laptop para así poder guardarla en su mochila, en conjunto con unos que otros papeles incluyendo la carpeta que Hyunjin le había entregado.

El mayor se levantó observando de forma meticulosa cada movimiento apresurado del desaliñado pelinegro, le causó gracia la expresión molesta en su rostro debido a la sobre carga de trabajo, pero, nada podía hacer para ayudarle ya que ambos se encontraban en la misma situación.

Su relación con Jisung en los últimos años se había limitado explícitamente a los negocios. Hyunjin trató por mucho tiempo de acercarse a este como algo más que un socio, pero Jisung no cedía, el muro que levantó entre ellos fue tan grande que un punto Hyunjin simplemente desistió, resignado a que no importa cuando lo intentara, Jisung jamás lo dejaría entrar ni siquiera como un amigo.

El último buen recuerdo que tenía con Jisung era el día del entierró de su esposa, donde entre tragos y dolor la desorientación mezclada con la desesperación lo llevaron a la puerta del apartamento del pelinegro; derrotado, con el alma entre las manos rogando por ser curado. Jisung cuidó de él, lo arrulló entre sus brazos haciéndole saber que estaba ahí para él, dándole una pequeña dosis de morfina inyectada al cuerpo del castaño mediante palabras dulces que desconocía en el vocabulario del morocho. Recuerda como sus dedos mimaban con caricias sus achocolatadas hebras y la forma tan sosegada en la que su cuerpo transigió ante el cansancio de su alma...

hold on, i still want you ✧ knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora