Narrador omnisciente
Una vez más, él, estaba paseando por esa zona del espeso bosque, era una noche algo fría apesar de la época del año, se encontraba detrás de un arbusto, observando, una vez más, esa casa, donde cosas extrañas ocurrían.
Siempre había sido un niño muy curioso y amante por la naturaleza. Un día de la tarde, mientras observaba las aves volar y los animalitos correr, persiguiéndolos, descubrió una casa hecha a base de tablas, de un color blanco, desvanecido por el pasar del tiempo, y el clima de esa zona, se iba acercando ese pequeño curioso de lacios y rubios cabellos, pero escuchó a lo lejos como su madre lo llamaba, hizo un recordatorio mental de volver ahí, algo llamaba su atención. Regresó a su hogar, a la hora de dormir, se aseguró que sus padres ya estuviesen en los brazos de Morfeo, luego de eso, salió de su casita de campo hacia el extraño lugar que había llamado su atención. El pequeño de 7 años había salido descalzo, y fue corriendo hacia allá, sintiendo el corto pasto en sus pies. Se escondió detrás de un árbol, sintió una fresca brisa que acarició su rostro, y movió sus cabello. El chico se movió hacia adelante, con sus manos aún apoyadas en el árbol, la luz que emitía la luna pasaba por el iris de sus ojos con heterocromía (Una pupila de color azul, y la otra de color verde), abría los ojos para ver como en esa casa, que, aparentemente era normal, habían una serie de seres paranormales, entre ellos, algunos elfos charlando, y algún que otro fantasma de forma femenina, con vestido blanco y caballos largos y negros, no podía creer a lo que su curiosidad lo había llevado, estaba paralizado. Una aparecida giró su cuello totalmente sin torcer su cuerpo, mirándolo con sus cuencas vacías y su boca abierta, con labios pálidos y el interior totalmente negro, al ver eso, sintió como sus ojos querían llenarse de lágrimas, echó a correr de la manera más rápida que pudo hacia su hogar. Una vez ahí dentro, no creía lo que había visto, por muchas noches no pudo dormir, o cuando lo lograba, tenía pesadillas al respecto. A las pocas personas que le contó, lo tacharon de "loco" o que había sido un sueño, o su imaginación. Se llenó de valor y empezó a buscar por su cuenta información, en bibliotecas de la ciudad cercana a su hogar, personas mayores, brujeros/curanderos. En su "Diario de la noche" (cómo él solía llamarlo) anotaba toda la información, y hacia ilustraciones al respecto, cuando fue creciendo, notó que habían frecuentes desapariciones de personas en esa localidad.
Y ahí estaba, como de costumbre vestido de negro, escondido detrás de un arbusto suyo, esperando a que marcaran las 3:33, jugando con su gorra de arriba hacia abajo. Todo estaba demasiado tranquilo para lo usual, ya eran las 3:34 y nada había ocurrido. Sintió que alguien puso algo en su cara y forcejeó, pero no pudo, quien amenazaba era mucho más fuerte, antes de darse cuenta, perdió su consciencia. Al despertar, tenía sus manos, cintura y pies atados, luchó por liberarse pero no tuvo éxito, sintió algo de asfixia acompañada de mucha incomodidad por la mordaza que tenía en su boca.
Empezó a sentir la fiebre correr por sus venas, le estaba dando frío y sudaba. Algo quitó su mordaza y sintió como alguien se acercaba a su cuello
—No me respires, tengo fiebre. No creo en nadie. No me dejarás ir porque he visto algo —Sonrió de lado, con tranquilidad— Espero no estornudar, no —Luego de decir eso, estornudó, sabiendo que le quedaba poco.
—Realmente solo tenemos que temer a algo, al solo pretender sentir algo, sé que te mueres por correr, quiero darte la vuelta —dijo una voz masculina, bastante dulce, detrás de él.
Una figura femenina, alta, de cabellos rubios y ojos verdes, con un vestido azul marino y el escote en el interior de color blanco, se acercó a él, entrando por la puerta.
—Por favor, mantén la calma, el final ha llegado, no podemos salvarte, disfruta el viaje, este es el momento que has estado esperando, has estado investigando demasiado sobre "La cabaña de la luna" —Nombre de aquel lugar— y cosas relacionadas a esto. Ah~ —suspiró dejando su boca abierta— "La cabaña de la luna" Lugar donde las almas en pena vienen a hospedarse para encontrar la paz y otros seres sobrenaturales vienen a pasar un rato...Durante años has estado metiendo tus narices, demasiado profundo, y eso no puede quedar así. Por favor, mantén la calma, el final para ti ha llegado, no podemos salvarte, disfruta del viaje. Este es el momento por el que has estado esperando. No lo llames una advertencia, esto es una guerra —Comentó ella con su voz suave y femenina.
—Ahora, siente la víspera del parásito, para que despertara, te hemos dado agua, pero no un agua cualquiera, no, contenía un parásito llamado Madrus, y para tu desgracia, y nuestro beneficio, morirás. ¿por que nuestro beneficio? Porque nuestro secreto morirá contigo, y además de de eso, serás una nueva alma en esta casa, lo que significará que aumentarás el aura de atracción a los otros humanos aquí y quedaras siendo un alma en pena aquí la cual se hospede como reo en busca de la paz eterna, touchè premio doble. Tienes una sensación en tu estómago, y sabes que no es el parásito, sabes que la parca viene por ti, llora si quieres, no olvides lo que te dijeron "No te acerques a un lugar que desconoces, te creo y se que algo turbio ronda por ahí, no te metas en estos asunto, sabes que hay muchas desapariciones por acá y no queremos que seas otro que pertenezca a la extensa lista de desaparecidos de la ciudad" recuerdo bastante claro las palabras que te dijeron. La curiosidad del humano es infinita y aveces muy hermosa, pero no, tenías curiosidad por algo que ni siquiera se acercaba a lindo, lo humanos deben aprender.
ESTÁS LEYENDO
𝘏𝘰𝘳𝘳𝘰𝘳 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘦𝘴
RandomPequeños relatos de terror, sacados de mi imaginación, basados en canciones de rock. Deja tu teoría en los comentarios, o si te gustaría hacer algún pedido. No olvides votar