Capítulo 20 (Parte II)

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Un avión de Cumpleaños.

Nevaba, y los jardines que su padre había mandado sembrar se veían casi muertos con sus árboles sin hojas y la nieve acumulándose en las ramas secas y sobre el césped quemado por el frío. El vaho del calor de la habitación opacaba los cristales y un delgado y pequeño dedo comenzó a dibujar deformidades lenta y casi melancólicamente.

—Es mi cumpleaños Manzanilla—le susurró al gato que tenía preso con su brazo libre—. Y no ha llamado si quiera—añadió con desgana sentándose en el suelo.

Se suponía que aquel día su padre lo llevaría a una cena de etiqueta para conmemorar el año nuevo. Sin embargo y para su fortuna lo había castigado por tiempo indefinido por haber metido a la jauría de seguridad al salón el día de la cena de Navidad. Los animales se habían subido a las mesas; destrozaron la fina cristalería importada de Suiza; se devoraron y derramaron a partes iguales toda la comida que encontraron a su paso; aterrorizaron a los invintados que salieron por puertas y ventanas como si el Apocalipsis hubiese caído ya; rasgaron las cortinas y los costosisimos vestidos de las damas, y por si eso no fuese suficiente también habían comenzado un extraño juego con las mandarinas sin cortar que se asemejaba mucho al fútbol... en cuatro patas.

El padre de Build se había puesto de tantos colores que el chiquillo pensó que se iba a quedar huérfano. Su furia había sido de tal magnitud que sus gritos se habían escuchado en cada rincón de la mansión y tomó a más de uno de sus empleados para zarandearlos hasta dejarlos a punto del llanto. Build lo vio desde un recoveco manotear y ladrar como un histérico a todo al que tuviese a su paso, y fue hasta que amenazó a con despedir a todos los trabajadores de la mansión que decidió terminar con el juego.

—Yo fui padre—le aseguró con la voz impasible y mirándolo a los ojos con determinación. No dudó ni cuando el hombre levantó la mano para propinarle una bofetada, ni siquiera un segundo después, a pesar de su asombro, cuando el jefe Dissayarin se lo impidió.

Simplemente asintió una sola vez cuando le gritó a todo pulmón que estaría castigado por tiempo indefinido sin salir de su habitación más que para lo estrictamente necesario. Y aún con todo eso su corazón sintió una salvaje felicidad, se sintió osado y también tonto, un poco culpable porque ninguno de los empleados se merecía las palabras de su padre. Pero aún así no se arrepintió.

La partida de su nong le había destrozado el corazón y ahora sólo podía intentar unir los trozos con lo que fuera.

Bible.

Escribió el en vidrio antes de emborronar con su palma y por un instante se quedó mirando la huella con el ceño fruncido. SE dio la vuelta y buscó su mochilita en la que cargaba a Manzanilla.

—También tienes hambre ¿cierto? —le preguntó al animalito metiéndolo con delicadeza. Desde que Menta se había ido con Bible el espacio en la mochilita se les hacía inmenso, tanto que a veces incluso metía también el avión que le intercambió sólo para llenar un poquito ese vacío. Suspiró bajito y contenido antes de continuar. — Vamos a la cocina, Tong nong seguro nos prepara algo rico.

Poco o nada le importaba si no podía salir de la habitación, ya podía apañársela para escaparse sin ser visto. Se colocó bien la mochilita en la espalda y de uno de sus botes de colores sacó un plano y fuerte alambrillo que guardaba para casos como este. Se dirigió a la puerta sin considerar tomarle un vistazo a su par de guardaespaldas, porque desde lo de Bible su padre no se había conformado con sólo uno. Para Build no eran más que un par de gorilones salvajes y muy estúpidos, y si se sabían su nombre ya era mucho avance.

Metió el alambre en la cerradura del picaporte y lo manipuló de un lado a otro hasta escuchar el dulce y glorioso click de su libertad. Sonrió radiante, asomó la cabecita al pasillo descubriéndolo desierto antes de cerrar con cuidado tras de sí y echó a correr. Aguzó el oído y se metió en un armario de blancos donde había un conducto que llevaba a la lavandería. Era uno de esos elevadorcitos donde apenas cabía un canasto con ropa y Build por supuesto.

"My Little Sunshine..." Parte II (Bible & Build)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora