Frisk sonrió, feliz porque finalmente regresó a casa, ¡después de horas y largos días no estaría solo de nuevo! Reaper siempre, siempre era buena compañía. Así que saltó hacia él, abriendo sus brazos y recibiendo un fuerte y afectuoso abrazo de parte del mmayo.
—¡Hola Reaper! —exclamó contento— ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?
—Bien, bien, estoy bien —suspiró, separándose y acariciando suavemente su cabeza— ¿Por qué tan preocupado por mí? ¿eh?
—Oh, es que... Geno lleva durmiendo mucho tiempo y no se ha movido casi desde que te fuiste —notaste como el brillo en los ojos de Reaper desapareció, sin embargo su sonrisa seguía latente— Y tú, eh, no has estado aquí, así que imaginé que habían peleado... ¿No es así?
Reaper respiró hondo, sintiéndose iluso y sin entender como había sido tan idiota para volver a ese sitio de una forma tan patética y después de tan poco tiempo, desechado y buscando la atención de la misma persona que lo echó a patadas. Claramente venía por Geno, siempre era por él, pero sus emociones seguían tan desechas y confundidas que ya no sabía con exactitud cual de ellas entre el revoltijo de su cerebro lo habían hecho abrir ese portal al vacío nuevamente.
—¿Qué pasó? —volvió a cuestionar, Reaper sin embargo seguía sin contestar directamente, parecía pensativo— Yo sé que parezco solo un niño, pero ahora soy la única persona que Geno tiene, necesito saber qué pasó para ayudarlo.
—Ajá —bajó la mirada hacia él— ¿Estás muy preocupado?
—¡Sí! Sí lo estoy —contestó, sabiendo que dudaba— Él no es el tipo de monstruo que se rinde, y tú lo sabes.
—No deberías comerte tanto la cabeza, pequeño —suspiró— Es su drama de siempre.
—¿Drama? ¿Eh? —alzó la ceja— No, uh... yo no creo que sea eso, Reaper. De verdad se ve mal, no me dirige la palabra, ¡No habla de ti siquiera! No creo que sea un... drama, Reaper. Me lo quiero tomar en serio.
—Frisk —Detuvo su parloteo, tocando su cabeza en el acto— No es de tu incumbencia. Eres solo un niño, deberías estar preocupado de cuidarte a tí mismo, es lo que yo y él te enseñamos, ¿No?
—Él te necesita.
Reaper se mantuvo en silencio un momento más. No, no, eso no iba a funcionar de nuevo, estaba harto de Geno, estaba harto de su llanto incesante y aunque ocultaba con fuerza que él es la única razón por la que regresó a una pizca de desaparecer eternamente, seguía profundamente resentido. Una ansiedad latente que todavía decía que lo... ¿Amaba? ¿No era demasiado decir?, sí, esa ansiedad decía que lo odiaba más.
—No, no me necesita. Supongo que cuando le conviene —contestó, sin creerse sus propias palabras— Y vine a verte a tí, no a él. No creas todas las cosas que predica, Frisk, el es muy manipulador y... no lo sé, estará bien. Siempre ha estado bien —se levantó, dando vuelta para extender su guadaña— Cuídate y mantente a salvo, ¿Okay?
—¿Te vas tan rápido?
—El deber llama, niño. Solo quería ver que estabas bien —qué raro— ¿Me prometes que cuidarás de tí mismo?
—¿Volverás?
Ah, la dolorosa pregunta.
—No sé, no por él.
Finiquitó, antes de retirarse y esfumarse en el profundo vacío nuevamente.