𓆱𓇚𝒫𝓇𝑒𝓋𝒾𝑜💮

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En un mundo donde existen divisiones por la jerarquía de los lobos, fue necesario saber con antelación el segundo género de las personas desde el momento de su nacimiento, por lo que se desarrollaron pruebas especiales para averiguar con certeza que sería cada individuo, por medio de unas muestras de sangre en un laboratorio se daría luz sobre el asunto de si el bebé sería un alfa, omega o beta.

La madre de Jimmy estuvo muy feliz la primera vez que sostuvo entre sus brazos el delicado cuerpo de su cachorro, el instinto de omega le incitaba a cuidar de su hijo, pero el padre de Jimmy por su lado, siempre le decía lo mismo "si es omega, olvídate de mí", lo dijo cuando estaban en espera del nacimiento de su primer hijo y se lo menciono de nuevo en el embarazo de Jimmy. En el fondo, deseaba que la prueba arrojara el resultado de omega para que a ese imbécil se molestará.

Por ello, cuando a la puerta de su casa llegó una carta del laboratorio donde se especificaba que su segundo género era el de omega. No se vio sorprendida cuando lo vio hacer sus maletas y marcharse por la puerta de entrada, con murmurios sobre haber sido decepcionado por su omega, nunca tuvieron la marca oficial de pareja, pero no era raro que le tratara de su omega.

Incluso si sintió un poco de tristeza por la marcha de su alfa, no era algo que le resultara raro, el padre de sus dos hijos era un alfa de jerarquía superior—también conocida como gamma—, su crianza tradicional le había inculcado que sus hijos debían tener su segundo género o como mínimo ser beta, sino, era una cría inútil. Pero si el idiota no podía ver lo que ella veía en su pequeño cachorro, él era el que perdía, nunca sería testigo de cómo su pequeño crecería.

Debía por su cuenta sacar adelante a sus dos hijos, era su deber encargarse de ello, nadie llegaría de forma milagrosa a salvarla, su cachorro mayor a veces preguntaba por su padre ¿A dónde había ido? Estaba preocupado por él, siempre le decía de forma tranquila "papá se fue de viaje, no volverá en mucho tiempo". Sabía que en algún tiempo, esa mentira dejaría de ser efectiva, en un punto tendría que sincerarse con sus dos hijos.

No se arrepentía de poner a su hijo antes que a su pareja, porque al ver los ojitos verdes de se bebé, una fuerte sensación de orgullo se fundía en su corazón. No importaba si debía hacer horas extra en el ejército, su madre cuidaba por mientras a los dos niños.

A medida que su cachorro menor crecía, pudo saber que sería una persona apasionada, siempre que algo le gustaba, su atención se centraba en eso y en nada más, recordaba verlo jugar con sus legos y armar edificios enormes con ellos. Le hubiera gustado poder estar más presente en la vida de sus hijos, pero sus horas extra de trabajo no se lo permitían, aun así, sus pequeños parecían entender la situación y lo aceptaban.

Cuando Jimmy cumplió los diez años, conoció dos de sus nuevas pasiones, la primera fue el beisbol, un deporte que adoraba, lo veía ir a las practicas, y aunque el niño odiaba socializar, nunca se perdía un día de entrenamiento. La segunda era algo un poco más extenso de explicar, una familia se mudo a la casa de al frente, una casa familiar que llevaba unos meses abandonada, como era natural, decidió ir junto a sus hijos a darle la bienvenida a sus nuevos vecinos.

Los Jacobs eran una familia encantadora, a diferencia de la familia Donaldson—que es monoparental— ellos eran biparentales, tenían tres hijos pequeños, el mayor de ellos tenía la edad de Jimmy, de inmediato congeniaron bien, a pesar de la actitud más que tímida de su niño, no dudo en acercarse al primogénito de la familia. Su nombre era Karl Jacobs, según la prueba realizada al nacer, era al igual que Jimmy un omega.

Jimmy empezó a pasar tiempo con el otro niño, este incluso lo iba a animar en sus partidos de beisbol. Les gustaba pasar tiempo en la habitación y mirar cualquier cosa que tuvieran a la mano para ellos. Pudo notar que su hijo parecía orbitar alrededor de Karl, siempre lo buscaba en todos lados.

En algún momento, Jimmy se hizo amigo de un alfa dos años mayor a él, Chris, tenían intereses en común, hasta cierto punto, le agradaba que sus amistades se ampliaran, aunque fuera un poco, incluso llegó a pensar que en algún momento, algo podría surgir entre los dos. Para su desconcierto, su amistad parecía ser distinta a la de Karl y Jimmy; su forma de comportarse junto a él era muy distinta.

Para cuando su hijo menor llegó a los quince años, todos sus compañeros de aula empezaron a presentarse, pero en el caso de Jimmy fue distinto. Para su consternación, tuvo que llevarlo al doctor porque se quejaba de dolores muy fuertes, fue diagnosticado con una enfermedad crónica que afectaba a su tracto gastrointestinal, el medico dijo que además de la perdida de energía, los dolores en el cuerpo, era seguro que su primer celo iba a verse retrasado.

En un inicio se sintió inútil, sólo podía ver a su cachorrito sufrir, le dolía ver que no quería ir a la escuela, odiaba verlo sufrir por una estúpida enfermedad. Sus dos amigos pasaban tiempo con él en su casa, lo apoyaban mientras los tratamientos resultaban ineficientes para controlar los síntomas.

Cuando Jimmy era un pequeño bebé, prometió que siempre lo cuidaría, pasara lo que pasara no dejaría que nadie le hiciera daño, pero ahora lo único que podía hacer era llevarlo al hospital, consolarlo en los días donde su hijo sentía que odiaba su vida.

Debía de admitir que sentía agradecida con Karl, cuando Jimmy prefería faltar porque en serio se sentía mal, él tomaba sus apuntes y le llevaba las tareas, además de pasar toda la tarde a su lado. Sin duda, en ese momento el vinculo que tenían los dos se afianzo, se volvieron inseparables en todo sentido de la palabra. Donde tu vieras a uno, podías estar seguro que el otro también estaría por allí.

No podía evitar preguntarse si su relación era muy común entre omegas jóvenes, pues no quiso cuestionar mucho el hecho de que cuando Karl se presentó por fin, empezó a marcar a su hijo con sus feromonas territoriales, lo marcaba como su propiedad, Jimmy no sabía esto, al no haberse presentado, era ciego ante el idioma oculto de los aromas, claro, él podía sentir que algo de pesades en su olfato frente a la presencia de estas, pero era incapaz de entender los mensajes ocultos o captar a que tenía similitud.

También pudo ver comportamientos curiosos en Jimmy, su personalidad quedaba muy bien con el tipo de actitud que suelen adquirir los omegas—debido a su contexto social y crianza—, incluso pasaría bien por un beta. Pero se dio cuenta de que a veces el chico actuaba territorial si se trataba del otro omega, claro que algunos de la jerarquía de Jimmy podían ser territoriales, en especial si es un omega gamma —cosa que no le sorprendería, dada la condición del padre de su hijo—, suponía que de algún modo era el animal interno oculto de su hijo.

No podía evitar pensar que el vinculo de esos dos era como menos curioso, siempre estaban alrededor del otro, pero mientras más lo reflexionaba, más se daba cuenta de una cosa. No era asunto suyo, si terminaba por tener razón, entonces estaría bien, siempre prometió que apoyaría a su cachorro en todo, y si sus gustos resultaban ser distintos de los que la sociedad dictaba, para ella era correcto, sólo quería que él tuviera una buena vida.

Si estar con otro omega le hacía feliz, entonces sólo podía darle el visto bueno. Además, sabía que Karl era un buen chico, por lo que si podía dejar a su bebé en manos de alguien, estaría feliz de que fuera el amigo de toda la vida de su hijo.






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Perdón si hay algún error, lo hice de madrugada y

no estoy muy despierta, lo subo porque así recordare

hacerlo y no se perderá en el fondo de mis ideas.

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🀦 🀐 Empírico [ JimmyxKarl  ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora