CAPÍTULO DOS

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| "The very first night" |

ZURI.

¿Cuándo crees que vendrán? —me preguntaba Sara con interés mientras me servía una mezcla extraña de la que probablemente mi padre tendría algo que opinar en una copa.

El local era muy grande, era un lugar óptimo para hacer fiestas. La música sonaba bastante alta y el sitio comenzaba a llenarse de caras conocidas.

—No lo sé... no tengo el número de Ran, quizás tendría que habérselo pedido —me disgusté un poco al ver como no paraban de entrar personas pero ninguna de ellas era el chico de trenzas.

—¡Pues claro que se lo tendrías que haber pedido, tonta! —exclamó Sara.

—¡Estoy segura de que vendrá! —exclamé de vuelta, convencida. Quizás simplemente se había retrasado por cualquier asunto. Tenía esperanzas en que iba a aparecer y le volvería a ver.

—Eso espero... quiero ver a sus amigos... —mi amiga se apoyó sobre la barra con torpeza.

—Luego la enamoradiza soy yo —me quejé de broma mientras daba un sorbo de mi copa.

—Tengo que empezar a olvidarme de tu hermano, seriamente. Necesito conocer a otros hombres.

—En eso te doy la razón, lamento repetírtelo pero mi hermano es un mujeriego —le di una palmada en su hombro. Mi amiga suspiró profundamente.
—Ey, no estamos aquí para lamentos. Hoy va a ser una noche inolvidable.

—Confío en ti, Zu.

—Pues claro que sí. Vayamos a bailar de mientras.

Le tomé de la mano rápidamente y caminamos hasta el centro del antro. Divertirse dejaba de ser un esfuerzo cuando tomabas algo de alcohol y te rodeabas de todas las personas de tu rango de edad de la isla en un mismo lugar.

Sara y yo comenzamos a bailar juntas bajo la tenue luz de la sala repleta de gente. Nos íbamos moviendo de un lado a otro, saludando a algunos ex compañeros, amigos, hermanos de amigos... al fin y al cabo todos nos conocíamos por un motivo u otro.

A pesar de que lo estaba pasando muy bien, no podía evitar comprobar de vez en cuando la hora en mi móvil. Ya había pasado bastante desde la hora en la que le dije a Ran que se pasase por aquí, y no podía evitar entristecerme.

Que jodido ponerme triste por un hombre que acababa de conocer.

—¿Qué me dices, Zu? —sonó la voz de un chico que iba conmigo a clase. Entre el alcohol y el estar comprobando la hora constantemente había perdido el hilo de la conversación por completo y ni siquiera sabía de que estábamos hablando.

—¿Hm? —disimulé tratando de hacerle pensar que no le escuchaba por la alta música.

—Decía que cuáles son tus planes para estos años siguientes.

—Oh —que chico más aguafiestas, ¿a quién se le ocurre pensar en el futuro académico en medio de una fiesta? —No tengo ni idea, yo voy fluyendo.

—Claaaro, como tú puedes trabajar en la empresa de tu padre cuando quieras... —soltó entre risas con un tono sarcástico, pero no moví ni un solo músculo de mi cara porque ese tipo de comentarios no me hacían ninguna gracia.

Es más, le dediqué una mirada de asco y le di la espalda al momento.

Busqué a Sara, tratando de llamar su atención mediante el contacto directo de nuestros ojos. Le hice un gesto que solo nosotras entendíamos, que significaba un "vamos fuera ya". Captó el movimiento al instante y vino a tomarme del brazo para finalmente salir del enorme local.

Yonaguni | Ran & Rindou Haitani x OC |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora