𝐇𝐎𝐔𝐒𝐄 𝐎𝐅 𝐂𝐀𝐑𝐃𝐒 | BTS [+18]

𝘽𝙇𝙐𝙀 𝘼𝙉𝘿 𝙂𝙍𝙀𝙔 // 𝟮

~  CAPÍTULO  2  ~

"¿𝐃ó𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭á 𝐦𝐢 á𝐧𝐠𝐞𝐥
𝐐𝐮𝐞 𝐚𝐥 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞𝐥 𝐝í𝐚
𝐀𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚 𝐲 𝐦𝐞 𝐬𝐚𝐥𝐯𝐞, 𝐩𝐨𝐫 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫[ ...]
𝐀ú𝐧 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐢 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳ó𝐧 𝐬𝐞 𝐞𝐬𝐭á 𝐚𝐡𝐨𝐠𝐚𝐧𝐝𝐨
𝐍𝐨 𝐝𝐢𝐠𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭á 𝐛𝐢𝐞𝐧
𝐏𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐧𝐨 𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭á
𝐏𝐨𝐫 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫 𝐧𝐨 𝐦𝐞 𝐝𝐞𝐣𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐥𝐨, 𝐝𝐮𝐞𝐥𝐞 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨..." ~(𝐁𝐥𝐮𝐞 & 𝐆𝐫𝐞𝐲, 𝐁𝐓𝐒)~

- ¡...ita! ¡ñorita..! ¡Señorita! – Escucho a lo lejos. Una persona me está agitando. Despierto por su brusquedad y siento un ligero dolor en mi cuello. Me levanto de la superficie dura en la que estaba recargada y me siento desorientada. Lágrimas descontroladas recorren mi rostro. Me encuentro agitada y con el corazón en la mano. Lo he vuelto a soñar por enésima vez.

La misma persona vuelve a tomarme del brazo y me saca de mis confusos pensamientos. Por reflejo me suelto de su agarre. Intento enfocar su rostro... pero... no puedo. Todo se ve borroso.

- ... Vamos a cerrar...itamos...vaya. – Escucho aquellas palabras confusas. Muevo mi cabeza e intento enfocar. Examino el lugar en el que estoy. Hay un par de hileras de botellas a lo lejos y bancos vacíos frente a la barra. Creo que sigo en la cantina.

- ¿...caminar? – Me pregunta mientras me tira del brazo para levantarme.

¿Qué está pasando? ¿Quiere que me vaya?

- ¡Suéltame! - Logro articular y agito mi cabeza en negación. – ¡Yo puedo sola! - Le gritó nuevamente. La persona me suelta el brazo.

Mi cuerpo automáticamente se pone a la defensiva y consigo levantarme con dificultad. Por inercia mis manos toman la botella aún con alcohol. Me impulso con la poca energía para volver a andar. Levanto mi mano y deliberadamente les hago el dedo de en medio. A pesar de que aún no coordino muy bien, salgo tambaleándome del lugar.

"Puta vida".

Doy un sorbo a la botella. Siento el viento en mi rostro que acaricia suavemente mi piel, es frío y refrescante. Me provoca un poco de calma y paz, como si se tratará de una serena melodía abrazándome lentamente.

Inhalo y exhalo tranquilamente, mientras continúo mi camino por las estrechas calles del distrito. Ahora en vez de ira y confusión, siento a la nostalgia abrazando mi acongojado corazón.

Camino un par de cuadras más. No tardó mucho en acercarme al distrito en el que vivo. Cruzo la vereda principal y me interno en las calles casi inhabitadas. No veo a un solo ser humano. Creo que se debe a que ya son altas horas de la madrugada.

Me llevó la botella a los labios nuevamente. El líquido cada vez se siente más amargo y denso, cada vez pierde su intensidad y es reemplazada por una sensación más mecánica. Inexplicablemente ya no siento que elimina mi dolor, al contrario, lo intensifica. Pero aún me encuentro envuelta en un remolino de emociones, dónde las protagonistas son la tristeza, la nostalgia, y la ira en un rincón.

El alcohol, por más que escurre por mi garganta, no tiene ningún efecto en mí. "¿Ya dejó de sedarme?" "Tal vez necesito algo más fuerte" "Algo que por fin acabe con mi dolor" "Si tan solo..."

Un hombre choca por accidente su hombro contra el mío, e involuntariamente regreso el golpe por inercia. La botella se resbala de mis manos.

- ¡Quítate! – Gruñe colérico y se exalta. Sin embargo, continúo mi paso sin inmutarme.