Capitulo 1

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Todo empezó un miercoles de primavera como cualquier otro; Yo estaba tumbada en mi cama pensando. El silencio reinaba en la habitación y en casi toda la casa, solo se escuchaba el sonido de un chirrido constante que frecuentemente interrumpia mis pensamientos.
Minutos mas tarde el silencio fue interrumpido por unos pasos que se acercaban lentamente, era Alfredo, mi hermano.
-Mamá dice que pongas la mesa, vamos a cenar yá.
-Ayer la puse yo, ¡hoy te toca a tí!- dije indignada.
-Ya pero yo soy el pequeño, y mamá dice que la pongas tú.
-¡Eso no es justo! Siempre vas a ser el pequeño- dije enfadada.
-Ay! No me habia dado cuenta-dijo sarcasticamente.

Yo muy enfadada me dirigí a la cocina donde se encontraba mi madre.

-¿Por qué siempre tengo que poner la mesa yo?
-No te preocupes, mañana la pone Alfredo- dijo mas tranquila mi madre.

Aun así yo estaba enfadada y decidí no volver a hablar a hablar a Alfredo en lo que quedaba de día.
A la noche mi padre me aviso de que iban a ver una pelicula familiar pero yo no estaba de humor.
Se que no es normal enfadarse por estas cosas pero a mi me fastidian mucho.
Me encerré en mi habitación y entonces mi móvil sonó.
Era un mensaje de mi amiga Irene que decía:
-Miriam va a organizar una fiesta y me ha invitado ¿no es genial?
-Si, pero a mi no me ha invitado- contesté decepcionada.
No me llevo nada con Miriam, pero aun así si va a invitar a todo el curso, podría invitarme a mi también.
Le estuve dando vueltas a esto durante largo rato y con ese pensamiento me quedé dormida.

Al día siguiente me desperto el sonido del despertador, me costó levantarme unos segundos pero al fin lo conseguí; me vestí con una blusa y unos pantalones negros de talla altos y las vans negras, me puse una trenza lateral en el pelo; me veia guapa asi que mas tarde fui a desayunar; me tomé un vaso de leche con cereales con tal mala suerte que se me cayó todo encima y tuve que cambiarme de nuevo, lo que provocó que llegara tarde a clase.

Cuando entré el profesor me miraba con mala cara; yo me digné a sentarme en mi sitio y no decir palabra.

Diario de LuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora