Capitulo 8

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Lucas se percató de que no le estaba prestando atención y se dio la vuelta. No conocía a la persona que había detras suyo pero a mi se me empezó a iluminar la cara.
¡Era Michael!
Corrí hacia él; el abrió sus brazos y yo al llegar a él pegué un salto y lo abracé.
Él me sujetó de la cintura y me dijo:
- He venido para decirle un par de cosillas a esos gilipoyas que te han dicho cosas.
Yo le di varios besos, él se sonrojó y le dije:
- No hace falta, con que estés aquí me vale.
Y le di otro beso.
Ya nos estabamos alejando cuando miré hacia atras; todo el mundo nos estaba mirando. Lucas me miraba con cara de arrepentimiento. Yo quería ir pero entonces noté como Michael me rodeaba con el brazo, yo lo agarre.
Él me preguntó:
- Bueno... Y ¿Qué tal te ha salido el exámen de mates?
- ¡Me ha salido perfecto!
- ¡Genial!- dijo ilusionado.
Yo me rei disimuladamente.
Llegamos a mi casa y me preguntó:
- ¿Oye quien era el chico ese de antes?
- Na, era un amigo un poco gilipoyas.
Me paró, me miró fijamente a los ojos y me dijo:
- ¿Qué te ha echo?
Yo me empecé a sonrojar y aparte la mirada timidamente. Le dije:
- No importa. ¿Bueno que vas a hacer hoy?
- No se, ¿donde te apetece que vallamos?- dijo mientras sacaba un par de entradas de cine del bolsillo.
Yo sonrei, cogí las entradas y le pregunté:
- ¿De que película es?
- La de "Rec"
- Pe-pero esa es de miedo ¿no?
- Si, no te importará ¿no?
- No, que va- dije realmente asustada.
- Perfecto, entonces vamos.
- ¿Ahora?
- Hombre, si quieres pasamos por tu casa.
- Si, por favor- dije con carita de cachorrito.
Me acompañó a casa; yo me metí en mi habitación y me puse un vestido verde menta con el himbro al aire y con un cinturón de hebilla marrón, unos tacones con algo de plataforma y algunos adornos.
Al salir no había nadie en frente de la puerta, me fui al salón, Michael estaba allí. Se giró y se quedó con la boca abierta al verme. Yo agregé:
- Bueno, ya estoy lista ¿nos vamos?
- S- si- dijo tartamudeando

Ibamos por la calle y todos los chicos se me quedaban mirando, yo sonreía pero Michael parecía molesto.

Al fin llegamos al cine, nos habían tocado muy buenas butacas.
Empezó la película y yo ya estaba cagadita de miedo.
De repente apareció un monstruo en primer plano. Yo grité como una loca y me abracé lo más fuerte que pude a Michael.
Él me correspondió, me miró a los ojos y me abrazó aún más.
Yo me alegré de estar allí con él.
Estuvimos el resto de la película abrazados; sus brazos desprendían calor e hizo que me olvidara del miedo que daba la película.
Me acompañó a casa, cuando llegamos se acercó mucho a mi, me miró a los ojos, me dio un beso en la mejilla y me dijo:
- Buenas noches.
Yo me sonrrojé y aparte la mirada y le dije timidamente:
- Buenas noches.

Diario de LuciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora