Cuando salí del metro iba pensando en todo lo que me había pasado con Irene, no iba mirando a nada y sin darme cuenta me tropecé con algo o alguien y cuando me veía de cara en el suelo noté que alguien me cogió de la cintura y me impidió caerme al suelo, una vez ya me tenía sujeta, me dio la vuelta en sus brazos permitiendome ver su cara; era un chico más o menos de mi edad, rubio, con ojos azules, cara de chico malo pero con una dulce sonrisa,vestía unos vaqueros, unas vans de varios colores y una sudadera de Dope.
Me ayudó a subir y me dijo:
- Perdoname, no te había visto- dijo con una enorme sonrisa pícara en la cara.
- Da-da ig-igual- dije tartamudeando sin saber el por qué.
- Bueno, dejame que te invite a un batido para que me perdones- dijo guiñandome un ojo.
Yo me rei y acepté su propuesta.
Yo no conocía muchos sitios por mi barrio asi que simplemente lo seguí.
Nos sentamos en una mesa al aire libre, pidió dos batidos y me contó un poco de su vida; Se llamaba Michael, tenía un perro que se llama Wifi, le gustaba bailar brake dance, era muy gracioso y aunque parecía que tenía la mejor vida del mundo, su vida personal no era tan genial; la verdad es que se parece bastante a mi, salvo por el echo de que mi vida tampoco parece genial.
Me gustó el echo de que sin conocerme me contara sus problemas.
Más tarde yo también me atreví a contarle parte de mi vida, nos aconsejamos mutuamente y nos reimos mucho.
Me lo estaba pasando genial pero entonces miré mi reloj y ya eran las 20:14.
Me apresuré; le dije que debía volver a mi casa y él se ofreció a acompañarme.
Cuando tan solo quedaba pasar una manzana para llegar a mi casa, empezó a llover a mares.
Sin pensarlo dos veces él se quitó la sudadera y me la pusó encima de la cabeza para que no me mojara; debajo de la sudadera llevaba una camiseta negra holgada; yo me sonrrojé pero aún así le aparte la mano y enpezamos a dar vueltas bajo la lluvia; llegamos al parque de al lado de mi casa, él sacó su teléfono y puso una canción llamada "thinking out loud". Él me ofreció su mano y empezamos a bailar bajo la lluvia; a partir de ese momento esa canción se convirtió en NUESTRA canción. Una vez terminó la canción me acompañó a casa.
Les presenté a mis padres y se fue pero antes me dijo:
-Este es mi teléfono, espero que me abras whatshapp- dijo mientras me entregaba un papel con un número de teléfono y me guiñaba un ojo.
Yo me rei y me despedí.
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Diario de Lucia
Teen FictionHistoria de una chica que tiene una vida desastrosa pero gracias a una serie de personas su vida comenzará a cambiar. ¿Será a bien?