🕷️|| Tienes talento para mentir, ¿sabías? tu belleza engaña a todos...
Sabía que enamorarme de alguien como tú era un error. Trataron de advertirme, pero no hice caso y decidí crearme una hermosa mentira en donde éramos felices. Gracias a Miles ah...
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⚠️No sé si por el título lo adivinaron, pero contendrá escenas sexuales, así que pues...se recomienda discreción⚠️
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No suelo ir a fiestas, prefiero quedarme en casa escuchando música o leyendo, pero por alguna razón me apetecía ir a la celebración de Amanda, además, ya van varias personas que me aconsejan que goce mi juventud y de vez en cuando me involucre en este tipo de reuniones sociales.
Mi vestido esta corto y de falda, negro, con cuello halter, lo conviné con unos tacones de tacon corrido del mismo color y mi cabello ondulado suelto, algo simple, pero nunca falla.
La anfitriona, Amanda González, era hija de unos de los socios más antiguos de la empresa, no nos llevamos tan bien, pero tampoco nos odiabamos.
...
—¡Hey, veniste! —me saludó cuando me vio entrar— Te ves muy sexy
—Hola Amethyst—Harry se acercó a nosotras— luces muy bien
—Gracias —él me sonrió
—Y dime —me pasó un trago—¿Cómo van las cosas?
—Bueno, van muy bien de hecho
—Chicos, chicos —Amanda intervino— Estamos en una fiesta, nada de trabajo, así que ¡fondo!
La fiesta estaba conformada por gente de mi edad o pocos años mayores, es por eso que la música con letras obscenas y el alcohol no faltaban, ni era problema si te emborrachabas.
Todo el mundo sabe que lo bueno de la fiesta empieza luego de horas, pues ya la mayoría rebasa su límite de licor y pierden noción de lo que hacen. El ambiente era acelerado y de locura.
Me sentía un poco agobiada por tanta gente en un lugar confinado pero trate de disfrutar.
Luego de un rato me senté en el sillón a la orilla del salón, Harry se percató de esto y se me acercó.
—No es posible que alguien tan bella como tú se quedé aquí, olvidada como muñeca vieja —yo reí— ¿Me permite está pieza, madame?
—Muy formal para ser una de regueton, pero, por supuestoo chevalier
De fondo sonaba "Celeso" de Lele Pons. Como el ritmo lo ameritaba, la bailamos muy pegaditos. Él me tomó de la cadera, yo pusé mis manos en su cuello, pegabamos nuestros cuerpos con perfecta sincronía con la canción, en un momento dado, me di la vuelta. Yo le daba la espalda a Harry y mi trasero chocaba con su entrepierna. Con mi mano tomé su barbilla y coloqué su cara en mi hombro, el sostenía mi cintura, balanceandonos al compás de la música. En algunas partes bajamos lentamente, pero nunca nos vimos a los ojos. No me atrevería, me daba pena.
