🕷️|| Tienes talento para mentir, ¿sabías? tu belleza engaña a todos...
Sabía que enamorarme de alguien como tú era un error. Trataron de advertirme, pero no hice caso y decidí crearme una hermosa mentira en donde éramos felices. Gracias a Miles ah...
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Mi cabello revoloteaba por el aire, cerré mis ojos para sentir la brisa abrazarme como nunca nadie lo ha hecho, era algo reconfortante. Nunca había tenido pensamientos suicidas, no desde los dieciséis. Pero ahora invadían mi mente, ¿qué tan fuerte debo caer para morir? ¿Cuál es el límite de Spider-Nova? Y lo más importante, ¿qué me llevó a hacer esto?... ¿Por qué pienso en esto ahorita? Ya no hay marcha atrás, ya estoy descendiendo en este lugar.
Me gire. Cuando sentí que era tiempo lancé una telaraña a una lámpara, me empuje de ella para caer en un callejón, sin embargo no calcule mi fuerza y me impacte en la pared.
—Ay, Dios —susurré — Luego iré al doctor, debo encontrarlo
Comencé a correr por las calles en busca del chico. Corrí y corrí, debía encontrarlo cuanto antes.
Estaba tan distraída mirando a los lados que no me di cuenta de las cajas regadas en el piso enfrente de mí y tampoco del tipo tirado al lado de ellas, por lo que caí.
–Cuidado, amiga —me gritó desde la esquina de la calle
—¡Spider-Man! Sí, justo al que buscaba —me levante como pude y caminé hacia él
—Amm...sí, oye, debo irme —dijo, iba girarse para subir a un taxi con dos pasteles en el techo, pero este arrancó— ¡No, espere!
—¡Espera! —traté de detenerlo pero se fue tras el coche amarillo
Rodé los ojos y me puse a correr de nuevo, si no lo encuentro en la calle, en su casa será.
A este punto de la narrativa se preguntarán "¿Qué pasó si en el episodio anterior todo están bien?"
La respuesta no es linda, para eso debemos retomar donde nos quedamos...
...
—Hey, Miguel, llegué y traigo compañía —habló Peter
—Espero que sea el buitre —él estaba de espaldas— Porque enserio me la pensé al mandarte a ti
—Lo sé, querías ir tú, pero te traje una sorpresa
—Si es otro pastel de lodo hecho por tu hija, lamento decirte, no me interesa —respondió tecleando en su computadora
—¿Qué tienes contra los pasteles de Mayday? Pero no, es otra cosa
—¿Qué onda?
—Ay, genial. Gracias por traerme a Hobie —se levantó de su silla, checó una cosa más en la pantalla. Únicamente giró su cuerpo, pues observaba lo que había buscado en su computadora— Justo... quería hablar contigo —al voltear su cabeza se quedó estático— Amethyst
—Holaa —él me sonrió
—¿Para qué me querías? —preguntó Hobie
—Luego te digo... ¿Cómo es que tú vienes con ellos?
