4: Cita

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Verlo vestido con ropa civil, sin ese traje que lo caracterizaba y sin esa corbata que parecía matar a cualquiera, tampoco esos zapatos de charol que brillaban opacando el sol.. Era una bonita vista.

– Sin palabras – expreso Everett – ¿A qué hora pasas por el pan? – tratando de que su voz fuera lo más coqueta posible

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– Sin palabras – expreso Everett – ¿A qué hora pasas por el pan? – tratando de que su voz fuera lo más coqueta posible

Matthew no iba por el pan y si fuera por el pan.. saldría de su casa a las 7:00 porque después espantan, pero no en el barrio de Matt.

Everett rio a lo bajo a ver la cara de confusión de su acompañante, a leguas se veía que provienen de diferentes clases sociales.

Matt miro al ver una cara sin nada en particular y miro nuevamente al chico frente a él, se veía muy joven. ¿Acaso era universitario?

– Perdón..  ¿Eres universitario?

– ¿De verdad me veo de esas edad? – tocó su cara con ambas manos, sonriendo en el acto– ¿Quieres saber mi edad?

Asintió con la cabeza.

– Tengo 24 años – mostró todos sus dedos

Pensé que eras más joven  – protesto Matt sonriendo

– Pero lo suficiente mayor para tener una credencial – mostró su INE – Soy legal

Camino en dirección a una tienda mientras Matt lo seguía.

– ¡Es ahí!

Apunto a un local, pequeñas mesas de manteles rojos estaban afuera, los asientos eran banquitos de madera lisa y la pequeña campana en la puerta.

– Las mejores crepas que hayas probado

Lo tomo de la mano, se fijó por ambos lados de la carretera y corrieron hacia el otro lado, aún sosteniendo su mano entro al local, el tintineo de la campana alertó a los clientes y a los dueños.

– ¡Buen día!

Saludo con aparente entusiasmo, la gente saludo y se acercaron a pedir las crepas tan deseadas.

– Deseo... – había de tantos sabores y frutas que era imposible no elegir – De durazno, ¡De durazno por favor!

El personal con una sonrisa empezó a preparar la tan deseada crepa.

– ¿De qué sabor quieres? Durazno, fresa

– Mandarina – expreso rápidamente – Una crepa de Mandarina

No era usual que alguien, aún que sea un niño pidiera una crepa de Mandarina ya que el sabor no era tan rico ni favorito, ¿Tal vez a Matthew le gustaría?

Pasando los 5 minutos ambos ya tenían en sus manos los postres pedidos, pagaron y salieron del local; Everett saboreaba la crepa y sin esperar más le dió una mordidota, el durazno junto al Chantilly y el chocolate, era un manjar de sabores.

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