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Pasaron mucho tiempo solo entre ellos, horas, horas en las que él Omega volvió a tomar color, su marca se fue curando, su fiebre bajó, y Mingyu se dedicaba a darle mimos, sintiendo lo bonito que se sentía Wonwoo, gracias al lazo, el pelinegro pasó todo ese tiempo acomodándose a la sensación de las emociones del otro en su pecho.

— Nuestros últimos días... — murmuró Mingyu, captando la vista de Wonwoo—. Nuestros últimos días dan paso a muchos más... ¿No es lindo? — el pelinegro acarició su rostro—. Tener muchos más días contigo.

Wonwoo sonrió y se ruborizó.

— Tener más días juntos... Es hermoso.

Horas después, con el rubio tranquilo sobre su pecho, sintió un leve golpe en la puerta.

— ¿Mingyu? — Minghao murmuró su nombre de forma temblorosa, su voz sonaba como si estuviera enfermo, aunque era por llorar por largo rato.

— Hao, pasa.

— ¿Wonwoo sigue ahí? N-No quiero verlo si-

— Haozhi— Wonwoo lo llamó de forma sutil, y el peliazul se tomó unos segundos para abrir la puerta y mirarlo, sin creerlo, su mejor amigo en serio lo había asustado y ya estaba pensando lo peor.

Wonwoo se separó de Mingyu, acercándose al borde de la cama para abrir sus brazos hacia él, y el Alfa prácticamente corrió hasta el abrazo.

— Oh, ¿No estás cansado de llorar?

Minghao negó, frotando su rostro contra el hombro del rubio, sus hombros temblaban mientras lloraba de alivio.

— En serio me asustaste, y... Y sólo te veía cada vez más mal y no me dejabas llamar a Mingyu, y-y si te pasaba algo yo nunca podría perdonarme, Wonwooie, eres el mejor amigo que tengo, el mejor que me queda, te quiero mucho...

— Hao...— Wonwoo lo abrazó con un poco más de fuerza—. Pero estoy aquí, ¿Ves?

— Sí, más te vale que te quedes aquí, tonto.

Wonwoo rió.

— Sino, ¿Qué harías? ¿Que ibas a hacer sin mí, Haozhi?

— Me follo a tu novio, sólo para vengarme porque no me dejaste llamarlo antes.

Mingyu alzó sus cejas con sorpresa ante esas palabras.

— Hao, yo podía llamarlo si me pasaba algo, no tenías que preocuparte por eso... Sabía que si no aguantaba lo iba a llamar y él vendría.

— P-Pero...

— Pero ya está, ya pasó— Wonwoo dejó un beso sobre su coronilla, mientras hacía mimos en su espalda para calmarlo.

Mingyu estaba en serio cálido por el gesto de Wonwoo, y también sintió lo que el Omega sentía, esa necesidad de darle mimos hasta que estuviera mejor, pero se mantuvo apartado y los dejó tener su momento a los dos.

Unos minutos después, Minghao se separó y limpió sus lágrimas, con ayuda de Wonwoo.

— Te ves... Mucho mejor y no pasó tanto tiempo— le dijo, con una leve sonrisa—. Gracias...

— Ven, quédate en el nido.

— ¿En serio?

Wonwoo asintió, y le hizo espacio para entrar los tres, sentados, dentro del nido y cómodos, Minghao estaba algo incómodo porque era la tercera rueda de todo eso, pero estaba más que agradecido de que su amigo se preocupara por él y lo consolara de esa manera.

Pasaron un rato largo allí, hablaron de poco y de nada que tuviera que ver con lo que había ocurrido, Wonwoo dejaba mimos en el cabello de su amigo, y con su otra mano sostenía la de Mingyu.

Our Last Days • meanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora