Digital Champions Coliseum presenta: "El Torneo Sakura"

Capítulo II: ¿dos son multitud?

Al día siguiente Atsushi citó a Kohaku en la oficina a primera hora en la mañana y ella asistió acompañada de Naoko.
—Ya estoy aquí—dijo Kohaku al cerrar la puerta detrás de quien había decidido tomar como sus ojos y oídos en Shinzen—decidí que necesitaré la asesoría personal de Naoko. Espero que no te moleste si nos acompaña, Atsushi.
—Para nada. Ella es confiable—sonrió Atsushi sirviendo tres tazas de café.

Aunque quiso disimularlo, el sonrojo en las mejillas de Naoko al recibir tal atención fue evidente.
—Gracias—se limitó a responder pero Atsushi no ayudó.
—No es nada que agradecer, Naoko. Te has demostrado digna en todos sentidos—respondió el director interino para luego tomar una postura más seria—tengo una noticia buena y otra mala. Ustedes decidan el veneno.
—Necesitamos buenas noticias—respondió Kohaku diligente y sin dudas. Certera acerca de lo que quería escuchar.
—Haku Miyazaki ha decidido financiar nuestra entrada mediática en los torneos oficiales.

Ambas chicas sonrieron por un momento.
—Entonces asumo que la mala es que aún no tenemos Tamer que patrocinar, ¿verdad?—preguntó Naoko.
—No, si lo tenemos pero... Digamos que me vi un poco coaccionado a aceptar un Tamer a disposición de Haku.
—¿Quién es este Tamer?—preguntó Kohaku.
—Es Haru Miyazaki... Su nieto.

La noticia cayó como un balde de agua fría. Tal y como Atsushi lo pensó en su momento, tanto Naoko como Kohaku supieron que el único motivo para financiar el proyecto de Shinzen era utilizarlos para el prestigio de su propia familia. Aunque eso por sí mismo no sería un problema debido a la ventaja que les daba frente a la circunstancia, no dejaba de ser una forma de manipular y tergiversar los deseos de la familia Sakamoto.
Incluso Naoko pensó que Kohaku rechazaría de inmediato gracias a su fuerte carácter, pero...—... Bueno, dada mi situación no puedo criticar su nepotismo, pero utilizar nuestra vulnerabilidad para impulsar a su nieto es... Cínico, cuánto mínimo.
"¿Qué? ¿no está enojada? Es como si ese viejo se burlara del legado de su familia" pensó Naoko.—Al menos es fuerte, ¿no?—preguntó Kohaku resignada.
—Su Digimon es un Garurumon que hizo temblar todo el jardín solo con aullar—dijo él—aunque sea solo etapa Adulto, funcionará para figurar en los eventos japoneses y adquirir notoriedad, y por supuesto, ganancias.
—Entonces apostaremos al nieto de Miyazaki. Atsushi, encárgate de que Haru tenga todos los medios para fortalecer a su compañero—se levantó Kohaku dando la espalda—es hora de comer. Acompáñame, Naoko.
"Qué manera de dar órdenes..." pensó Naoko asintiendo—con permiso, Atsushi.
—Buen provecho a ambas.

La puerta se cerró al salir y Naoko caminó mustia detrás de su futura líder. Por un momento fue un tenso silencio que la puso nerviosa, pero como si notase su incomodidad, la heredera Sakamoto rompió la tensión.
—¿Escuchaste eso?—preguntó Kohaku—parece que no necesitamos del Tamer de ayer para que todo saliera bien.

Pero aunque las palabras de Kohaku sonaban tranquilas, la empatía de Naoko le impulsó a preguntar.
—¿Cómo te sientes?
—¿Por lo de Miyazaki? No te mentiré, siento como si se rieran de las intenciones de mi abuelo—respondió—pero al menos ya tenemos nuestro campeón y es todo lo que importa.
—Si necesitas hablarlo...
—Si tú pudiste ser leal a Shinzen Lab, yo como futura líder debo serlo también—señaló con una gentileza que aún sorprendía a Naoko—gracias, porque tu prueba de humildad y valor me ayudó a mantener la compostura hoy.
"Y yo pensaba que era una bruja telépata..." pensó.

Caminaron por los pasillos y aunque no estaba del todo familiarizada, se notaba el interés de Kohaku por el laboratorio. Al salir por la puerta principal, ella se detuvo de repente.
—Oye, Naoko, dijiste que el equipo para extraer Digimon del corral sigue disponible, ¿verdad?
—Así es, sólo necesitaríamos reactivarlo, ¿por qué?
—Nada en particular.