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~Riley A.K~

El ruido de un celular me motivo a despertar de la horrible pesadilla que estaba protagonizando.

Era Aleck.

*o por dios lo olvide, ya es súper tarde*

-hola komisch- saludo alegre y no pude evitar que una lagrima se escapara por mi mejilla.

-hola Aleck, oye hoy no podré ir...ocurri.-como le explicas a un chico que lo quiere saber todo que hoy no lo veras porque tu madre te golpeo-me siento mal, mejor quedamos otro día.

- ¿estás bien? Puedo ir a tu casa si así lo prefieres. - era imposible, sabía que haría lo que fuera para que saliera con él.

- No, yo iré mejor a la tuya, solo espérame unos cuantos minutos- colgué la llamada asegurándole que me apresuraría.

Me vestí y trate de ocultar los golpes con un poco de maquillaje, repare mi estado en el espejo y agradecí que nadie me viera en ese deplorable estado era un desastre a pesar de haber intentado arreglarlo.

Bajé las escaleras con cautela y salí despreocupada por la puerta.

Caminé unas cuantas calles y decidí llamar a Tyler, jamás dejaría de pensar que era mi persona favorita, el gemelo en el que siempre confiaría.

- ¿Enana? – la tierna voz que me había tranquilizado tantas veces en mí infancia se escuchó a través de la bocina.

- volvió hacerlo ty, volvió a pegarme- intente no sollozar mientras escuchaba como mi hermano se enfurecía y se retenía para no soltar palabrotas.

-Maldita sea Riley!!! Ahora si iré por ti, le contare todo a papá.

- No! No lo vas a hacer- demande deteniendo el llanto- no quiero que mamá tenga problemas con papá de nuevo, solo espera si, solo necesita superar lo pasado y se calmara.

- Enana, sabes que si me lo pides dejare todo e iré por ti, no permitiré que mamá siga con esto. - sabía que no mentía, desde niños él se había encargado de hacer mi infancia un poco más normal.

Cuando mamá y papá peleaban él se encargaba de poner música, levantarme y ponernos a bailar para que no escuchara el escándalo.

A pesar de ser hermano gemelo de Karl, siempre había preferido pasar sus tardes junto a mí riendo y asegurando que tal vez su copia era un chico mal hecho, ya que jamás salía de sus tontos videojuegos y la atención que nos ponía era nula.

Llegue a una edad en donde ya empezaba a comprender los problemas que había en casa, a veces me hacía historias en la cabeza, y trataba de olvidar que realmente el amor no era como en los cuentos de hadas.

Tyler en su momento abandono el hogar en donde siempre me había acompañado, los problemas se habían vuelto en su contra y sin esperar que le reprocharan o incluso le ofrecieran una disculpa por lo sucedido, el escapo a casa de los abuelos.

Duraba días en comunicarse conmigo siempre asegurando que pronto regresaría, yo por mi parte estaba segura que no sería así.

Karl se separó igual de la familia, decidió vivir en su propio lugar, rento un departamento cerca de casa y sin necesidad de ser un hermano con el que me relacionara mucho, de vez en cuando el dejaba que yo me quedara a dormir con él.

Sintiéndome sola en casa, un día decidí salir, divertirme y embriagarme.

No era mayor de edad, pero mis conocidos sí.

Mi llegada no fue bien recibida en casa, llegue más borracha de lo normal, mis padres por su parte me habían estado buscando pensando que había desaparecido o cualquier cosa del estilo.

Papá solo me reprendió por las actitudes tan irresponsables que había cometido, su regaño también fue para mi madre, que sin más solo bajo la cabeza y me miro con odio.

Más tarde cuando papá ya no se encontraba en casa, mamá me dio mi primera golpiza.

No la olvido, fue lo que ocasiono que tuviera hematomas en todo el cuerpo por semanas. Semanas en donde calle, mire hacía el frente y fingí que no pasaba nada.

Tyler al enterarse jamás me volvió a dejar sola, excepto cuando ocurrió el divorcio.

Tantos golpes que he recibo durante este tiempo y son pocos los que le he contado.

No aceptaría que por mi culpa Issie tuviera problemas, mamá merecía espacio y a veces yo lo sobrepasaba.

-Enana ¿sigues ahí? - la voz me erizo todo el cuerpo y me hizo volver a la realidad.

-si ty, aquí sigo- respire profundo y visualice con lágrimas en los ojos que ya había llegado a mi destino.

-hablamos después ¿te parece?

-ten cuidado si? Prométeme que me llamaras si todo se complica- suspiro y pude jurar que casi lo vi regañándome con la mirada.

-Lo prometo- colgué la llamada, me limpie las lagrima y toque el timbre.

Toque un par de veces y la respuesta no tardó en llegar, una mujer de edad media me recibió con una delicada sonrisa, detalle sus rasgos y me di cuenta lo idéntica que era a su hijo.

-hola querida, Aleck me comento de tu llegada- me detallo de una manera extraña y seguido me invito a entrar.

Al estar dentro no pude evitar ver lo hermosa que estaba esa casa, sus grandes ventanas, sus muebles finos e incluso el gran candelabro que colgaba del segundo piso.

-querida- la madre de Aleck llamó mi atención y me hizo girar hacia ella.

-si dígame.

- ¿te conozco de alguna parte? Te he visto entrar y no pude evitar sentir que ya te conocía- era raro, porque la misma sensación había percibido al verla a través de aquella puerta.

Antes de que la respuesta abandonara mis labios, Aleck apareció bajando las escaleras lentamente.

-Mamá, que te dije sobre hostigar a mi invitada

Su madre solo sonrió a su comentario y nos dejó solos adentrándose a lo que parecía la cocina.

-Creí que me dejarías plantado- hizo un puchero y me animo a seguirlo.

-Con lo galán que eres, no podría hacerlo- sonreí con coquetería y reí al visualizar la cara de ofensa que había puesto.

-bien eso ya no fue gracioso he- trato de evita la risa y me tomo de la mano guiándome escaleras arriba.

Su mano estaba tibia, enviaba millones de sensaciones cada que me apretaba con fuerza.

No pude evitar mirar lo bien que nos veíamos así de juntos, pensar en la posibilidad de si algún día la tibieza de unos cálidos brazos calentarían la frialdad en lo que había convertido.

-Si sigues mirándome así, pensare que estas enamorada- me miro sobre su hombro y se adentró a su habitación.

-Ya quisieras tonto. -Respondió en un bajo tono y soltó mi mano.

"claro que eso quisiera" y sonreí, porque sin esperarlo yo había escuchado esa peculiar frase que nos llevaría al inicio de una no tan romántica historia.

Aleck W.H

Me arrepentía tanto de haber dicho esa frase en aquel momento, nos precipito a conocernos y ahora que la estoy viendo lejos de mí, solo me recuerdo que ella no fue la que arruino todo, si no el destino que se dio cuenta que no nos merecíamos el uno al otro.

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⏰ Última actualización: Dec 02, 2023 ⏰

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