1. "Hola, Otra vez"

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Llegamos a la dimensión 1610, hemos estado buscando pistas sobre ese hombre. Aparentemente no ha hecho nada fuera de lo común.

Me enteré que el primer spider-Man de esta dimisión falleció hace más de una Año. Pero por lo que me ha dicho Gwen, hay otro Spider-Man. Solo espero que este no sea un idiota.

Llevamos rastreando a este hombre durante horas, pero no hay rastros de el. Ni una huella ni nada, es como si no estuviera aquí.

Me estoy comenzando a rendir.

Y al parecer no me puedo relacionar muy bien con la nueva, creo que no le caigo bien.

—Oye, Gwen. Ya revisamos este lugar cientos de veces, estas segura de que es en esta dimensión?—la verdad ya empezaba a aburrirme.

—Que si Idally, simplemente tenemos que esperar un poco más— Estaba sentada en la punta de un rascacielos, pero al decir lo siguiente se levantó— Crees que puedo ir a dar una vuelta? Hace mucho tiempo estuve por aquí, y quiero recordar los viejos tiempos.

—Sabes que no puedo dejar que te vayas de mi lado—suspire. Esta chica va a volverme loca— Además sabes muy bien lo que dijo Miguel.

—Bah, parece que tu fueras Miguel. Por algo eres su favorita...

—Que no soy su favorita. ¿De donde sacas eso?

—Todos lo dicen, nada se te escapa. Todo se lo cuentas a Miguel. Pareces anciana Idally, disfruta un poco.— dijo eso para salir columpiándose de una de sus telarañas.

—Joder... Bueno, creo que una vez no hará daño.

"Creo que también iré a dar una vuelta"

Anduve viendo la ciudad unas cuantas horas. Quería ver a mis abuelos. Pero sabía que si Miguel se enteraba me mataría.

Pero me dio igual, siempre fui a verlos.

•••

Llegue a la entrada de la casa de mis abuelo. Ya no tenía el traje de spider. Había elegido un conjunto bastante Bonito a mi parecer.

Un pantalón over-size, y una sudadera.  Algo bastante sencillo para como me acostumbre a vestirme viviendo con Miguel.

Estaba empezando el frió, pero no era nada anda que no se podía soportar.

Toque el timbre de la casa. Espere unos cuantos segundo y volví a tocar.

Una señora de baja estatura abrió la puerta. Era ella. Mi abuela, estaba igual de hermosa como cuando me fui.

—Mi niña... —sus ojos verdes iguales a los míos me examinaban de Arriba a abajo— De verdad eres tu...?

—Hola abuela... si, soy yo.—Reí un poco— He crecido un poco, no crees?

—Ay, mi pequeña. Ya no Eres tan pequeña— hizo un ademán con su cuerpo dándome la invitación de pasar. —Ven pasa, pasa, afuera está un poco frió.

Escuche cómo cerró la puerta detrás de mi. Examine un poco la casa... era tal y como la recordaba.

—No me dijiste que ibas a venir.—Empezó a caminar hacia la cocina, así que la seguí. —Mira, estaba haciendo unas galletas, llegas en el momento Perfecto.

El olor de las galletas llego a mi nariz al pasar la puerta hacia la cocina. Era en olor que extrañaba mucho.

—Lo siento, fue una idea que me llego a la mente de un momento a otro.— extrañaba las platicas con mi Abuela—Mi tía esta haciendo unos trabajos en la ciudad, y pensé en venir.

Mentí. No existe ninguna tía.

—Están bien cariño, sabes que esta siempre será tu casa. No necesitas invitación.— No lo pensé dos veces y la abracé.

Extrañaba sus abrazos. Extrañaba todo de esta dimensión.

Pequeñas lagrimas empezaron a salir de mis ojos. No lo podía contener.

—Tranquila mi niña, todo está bien.—ella sobaba mi cabeza con un cariño que nadie más que los abuelos saben dar.

Me separe de ella, y empecé a limpiar mis lagrimas.

—Lo siento abuela. —cuando esas palabras terminaron de salir de mi boca, se escuchó la puerta abrirse y cerrarse  al mismo tiempo.

Mi abuelo había llegado.

Su cara se sorpresa era una obra de arte. Extrañe estos momentos.

Hablé con mis abuelos más de lo que me hubiera gustado.

—Cariño, te enteraste que a Jeff lo ascendieron a comandante de policías?— Mi abuelo hablo. 

—Oh, es cierto. Ally, deberías ir a felicitarlo. —Decía mi abuela mientras ponía las últimas galletas en una cesta.

—¿De verdad?— Esto no era nada nuevo, sabía que en algún momento lo iban a ascender.—puede que antes de ir con la tía, pase a verlos.

Mi corazón empezó a latir con velocidad al recordar a la familia Morales.

—Mira, cuando vayas puedes llevarles este pastel. Lo hice yo hace ratos. Nosotros íbamos a ir, pero llegaste tú. Y ahora es muy tarde.— Mi abuela me pasó un pequeño pastel decorado. Muy bonito.

Mi abuela es toda una repostera— dije en mi mente.

Solo sonreí y me disculpe por no haberlos dejado ir.

—No te preocupes, tu eres más importante que cualquier otra cosa.

Me despedí de ellos, les di un gran abrazo antes de salir. Y les prometí que iría más seguido a visitarlos. En verdad que los había extrañado.

•••

Cuando llegue al departamento de los Morales ya estaba obscureciendo. Cuando llegue a la puerta que daba a la terraza respiré muy profundo. Se escuchaba la música del otro lado, y las voces de las personas en la celebración.

Abrí la puerta y el ruido se hizo aún más fuerte

Mi corazón empezó a latir con más fuerza. Me relaje un poco y empecé a buscar a los Morales.

Vi a la pareja de esposos hablando muy animadamente con unas personas que no conocía.

Me acerqué lentamente con el pastel en mis manos. Cuando estuve más cerca, ellos levantaron la mirada. Las Miradas de sorpresa eran únicas.

—¡Ally!—grito Rio al verme. Me abrazo como nunca. Me alegra saber que a pensar de todo su cariño por mi no desapareció.— ¡mi pequeña! ¡¿Cómo estás?!

Su acento puertorriqueño es hermoso, no había cambiando nada.

—Hola Rio, estoy bien, ¿cómo estás tú? Te ves más hermosa que antes— nos separamos del abrazo, y me dio un pequeño beso en al mejilla.

—Que cosas dices, Ally.—sigue llamándome por mi apodo... y me encanta. —Yo estoy muy bien cariño. Gracia por preguntar.

—¡Hey! Yo también quiero un abrazo Ally—Está vez fue Jeff quien me abrazó.—Chica, estás más grande que en mi recuerdo.

—Sigo igual, no he cambiando nada... —Él y Rio se voltearon a ver y soltaron una sonrisa cómplice.—Y? Cómo estás? Escuche que te ascendieron a comandante, ¿eso es verdad?

—Por cierto, toma.— le pase el pastel que aún tenía en mis manos— mis abuelos te envían esto, lamentan mucho no hacer podido venir.

—Ally... No te hubieras molestado—La sonrisa en su cara decía lo contrario. —Y respondiendo tu pregunta... Me van a ascender. Aún no lo han hecho. Pero ya tengo el lugar ganado.

Nuestro Multiverso; Miles Morales. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora