Acosador y abejas

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El nuevo curso había empezado con un intento de asesinato a mi persona y Miércoles lo único que dijo fue que era afortunado por tener mi primer acosador. Pero luego me abrazó mientras estábamos a solas pues no le gustaba mostrar sus sentimientos en público.

—Hoy me dan el alta, podemos hacer algo—comenté ya mucho mejor.

—Primero quiero atrapar al miserable que te hizo esto. No quiero precipitarme, pero estoy convencido de que tiene relación con mi acosador—dijo con una posición pensativa.

—Temo de lo que puedas hacerle—al reír, me dolió un poco el cuerpo.

Durante los siguientes días después del alta, Miércoles y Enid me acompañaban en todo momento. Era una forma de protegernos de cualquier ataque y nunca nos quedábamos a solas para evitar cualquier incidente.

—Veo que ha sanado del todo—dijo mirando la marca que me había dejado la herida.

—Si, ya estoy con fuerzas para ayudarte—ella me miró y sonrió. Alzó su cara y nos besamos durante unos pocos segundos antes de volver a ponerme la camisa.

El problema con el acosador era que seguía enviando las fotos de nosotros ya sea los dos o con Enid y desde diferentes sitios de la academia. Y tampoco había intentado nada más así que resultaba complicado. Miércoles no tenía visiones sobre mí al tocarme o Xavier no dibujaba.

—Otra foto—Miércoles se acercó y nos la enseñó—está misma mañana.

—Oye, que favorecido salimos los tres—dije sonriente.

—Me ha sacado un perfil...—a Enid no le gustaba.

—¿Podemos centrarnos por una vez?—la joven estaba molesta.

—Lo sentimos—dijimos ambos.

Nos tumbamos un rato a pensar y mientras hablaba con Euguene se me ocurrió una gran idea.

—¡Miércoles!—salté de la cama y me dirigí a ella que estaba escribiendo.

—Estoy con mi novela, me da igual que seas mi pareja, no me interrumpas. Lo que sea puede esperar—contestó.

—Está bien.

Me volví a tumbar mientras Enid y yo nos miramos y encogimos de hombros. Una vez terminada su faena, vino a verme, sentándose sobre el borde.

—¿Qué era eso tan importante?

—Ah, no sé...ahora no me apetece hablar—respondí haciéndome el enfadado.

Ella frunció el ceño y me hizo una llave.

—Habla o romperé todos tus huesos

—No...no te...creo...

Ella hizo más fuerza y me rendí.

—Prefería un beso—suspiré aliviado al sentir que dejaba de hacer fuerza.

—Si quieres te doy el beso de la muerte.

Yo me puse a su lado.

—Podemos hacer que Euguene utilice a sus abejas

—¿Cómo?

—Él se comunica con sus abejas. Puede hacer que varias nos sigan desde la distancia y si alguien nos saca una foto lo verá. Este no creo que se fije en ellas.

Miércoles se quedó mirando un rato en silencio.

—Voy a hablar con él—dijo.

—Están los teléfonos.

Rompiendo los esquemas (Miércoles x Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora