.
• narrador omnisciente
.
Tobio y Shoyo estaban en el campamento de voleibol con el equipo de Nekoma, entrenando y jugando partidos amistosos. Un día, después de la práctica, Tobio se quedó en el gimnasio para recoger sus cosas, mientras que Shoyo salió corriendo a buscar algo de comer. Tobio vio una libreta amarilla y blanca en el suelo, cerca de la red. La recogió y la abrió por curiosidad. Era el diario de Mai, una chica que le gustaba desde hacía tiempo y que también estaba en el campamento con su equipo. Tobio se sonrojó al leer algunas de las entradas, donde Mai hablaba de sus sentimientos por él y de lo que le gustaría hacer con él. También había dibujos de ellos dos juntos, abrazados y besándose.Tobio estaba tan absorto en la lectura que no se dio cuenta de que Shoyo había vuelto y lo estaba mirando por detrás con una expresión de sorpresa y diversión.
-¡Tobio! ¿Qué estás haciendo? ¿Esa es la libreta de Mai? -exclamó Shoyo, acercándose a él.
-¡Shoyo! ¡No es lo que piensas! -se apresuró a decir Tobio, cerrando la libreta y escondiéndola detrás de su espalda.
-¡Vamos, déjame ver! ¡Quiero saber qué escribe sobre ti! -insistió Shoyo, tratando de arrebatarle la libreta.
-¡No! ¡Es privado! ¡No tienes derecho a leerlo! -protestó Tobio, alejándose de él.
-¡Oh, vamos! ¡No seas tan tímido! ¡Seguro que dice cosas muy bonitas y románticas! -se burló Shoyo, persiguiéndolo por el gimnasio.
Los dos se enzarzaron en una pelea cómica por la libreta, tirando y empujando, saltando y rodando, sin darse cuenta de que Mai los estaba observando desde la puerta con una mezcla de vergüenza y enfado.
-¿Qué están haciendo esos dos? -preguntó Mai a una de sus compañeras que estaba a su lado.
Parece que han encontrado tu libreta y están peleando por ella -respondió la otra chica.
-¿Qué? ¿Mi libreta? ¿La que tiene mi diario? -se alarmó Mai.
-Sí, esa misma. Mira, ahí está -señaló la otra chica.
Mai vio cómo Tobio y Shoyo seguían forcejeando por su libreta, sin percatarse de su presencia. Se puso roja como un tomate y sintió ganas de llorar.
¡Oh, no! ¡Esto es horrible! ¡Tienen que devolverme mi libreta! ¡No quiero que lean mis secretos! -exclamó Mai, corriendo hacia ellos.
Mai se interpuso entre los dos chicos y les arrebató la libreta de las manos. Los miró con reproche y les dijo:-¿Qué creen que están haciendo? ¿Cómo se atreven a leer mi libreta sin mi permiso? ¿No tienen respeto por mi privacidad?
Tobio y Shoyo se quedaron mudos y bajaron la cabeza, avergonzados. No sabían qué decir para disculparse.
Mai les dio la espalda y se dispuso a salir del gimnasio.
Mai salió del gimnasio con paso firme, dejando a Tobio y Shoyo boquiabiertos y confundidos.
Mai no podía creer lo que acababa de pasar. Había confiado en sus amigos y les había prestado su libreta, donde escribía sus pensamientos más íntimos y secretos. Y ellos, en vez de cuidarla, se habían puesto a leerla a sus espaldas, burlándose de sus sueños y sentimientos.Se sentía traicionada y herida. ¿Cómo iba a volver a confiar en ellos? ¿Cómo iba a enfrentarse a ellos después de lo que habían hecho?
Mientras caminaba por el pasillo, sintió que alguien la seguía. Se giró y vio a Tobio, que corría hacia ella con la libreta en la mano.
- Mai, espera, por favor. Déjame explicarte. - dijo Tobio, jadeando.
- No tengo nada que escuchar de ti. Devuélveme mi libreta y déjame en paz. - dijo Mai, con voz fría.
- Mai, por favor, no seas así. Fue un error, lo siento mucho. No queríamos ofenderte ni burlarnos de ti. Solo estábamos curiosos y... - intentó justificarse Tobio.
- ¿Curiosos? ¿De qué? ¿De saber si me gusta alguien? ¿De leer mis poemas? ¿De reírse de mis miedos? - lo interrumpió Mai, con rabia.
- No, no fue así. Te lo juro. Solo queríamos conocerte mejor, saber qué te gusta, qué te hace feliz... - dijo Tobio, con sinceridad.
- Pues si querían conocerme mejor, podían haberme preguntado directamente. No hacía falta que invadieran mi intimidad y violaran mi confianza. - dijo Mai, con lágrimas en los ojos.
- Lo sé, lo sé. Fue una estupidez. Pero por favor, no nos odies por eso. Te queremos mucho, Mai. Eres nuestra amiga y no queremos perderte. - dijo Tobio, con angustia.
- ¿Me quieren mucho? ¿Entonces por qué me hicieron esto? - dijo Mai, sollozando.
- Porque somos unos idiotas. Pero unos idiotas que te aprecian y que están dispuestos a hacer lo que sea para recuperar tu amistad. Por favor, Mai, dame una oportunidad de arreglar esto. - dijo Tobio, suplicante.
Mai lo miró a los ojos y vio que decía la verdad. Tobio se veía arrepentido y preocupado por ella. Tal vez había sido un error inocente y no una mala intención.
Mai suspiró y le tendió la mano.
- Está bien. Te daré una oportunidad. Pero solo una. Y tendrás que esforzarte mucho para ganarte mi confianza de nuevo. - dijo Mai, con seriedad.
- Gracias, Mai. Te lo agradezco mucho. No te arrepentirás de esto. Te lo prometo. - dijo Tobio, aliviado.
- Y ahora vamos a buscar a Shoyo y a hablar con él también. Él también tiene que pedirme perdón y prometerme que no volverá a pasar algo así. - dijo Mai, decidida.
- Claro, claro. Vamos a buscarlo ahora mismo. - dijo Tobio, asintiendo.
Los dos se dirigieron al gimnasio, donde esperaba Shoyo con cara de culpable.
Cuando llegaron al gimnasio, vieron a Shoyo sentado en una banca, con la cabeza gacha y los hombros caídos. Al verlos, levantó la mirada y se puso de pie.
- Hola, Mai. Hola, Tobio. - dijo Shoyo, con voz baja.
- Hola, Shoyo. - dijo Mai, con frialdad.
- Mai, yo... yo quería pedirte perdón por lo que hicimos. Fue una tontería y no pensamos en las consecuencias. No queríamos hacerte daño ni burlarnos de ti. Solo queríamos saber más de ti, porque te consideramos nuestra amiga y nos importas mucho. - dijo Shoyo, con arrepentimiento.
- ¿Y por qué no me lo preguntaron directamente? ¿Por qué tuvieron que meterse en mi cuaderno y leer mis cosas privadas? ¿No se les ocurrió que eso era una falta de respeto y una traición a mi confianza? - dijo Mai, con reproche.
- Lo sé, lo sé. Fue un error muy grave y no tenemos excusa. Pero por favor, Mai, no nos guardes rencor por eso. Te queremos mucho y no queremos perderte como amiga. Estamos dispuestos a hacer lo que sea para que nos perdones y nos des otra oportunidad. - dijo Shoyo, con súplica.
- Tobio ya me ha pedido perdón y yo le he dado una oportunidad. Pero solo una. Y él tendrá que esforzarse mucho para ganarme la confianza de nuevo. Lo mismo te digo a ti, Shoyo. Te daré una oportunidad, pero solo una. Y tendrás que demostrarme que eres digno de mi amistad y que no volverás a hacer algo así nunca más. - dijo Mai, con firmeza.
- Gracias, Mai. Te lo agradezco mucho. No te arrepentirás de esto. Te lo prometo. - dijo Shoyo, agradecido.
- Y ahora vamos a entrenar un poco, que tenemos un partido amistoso en un rato y tenemos que estar preparados. Pero antes de eso, quiero que me devuelvan mi cuaderno y que me prometan que no volverán a tocarlo ni a leerlo sin mi permiso. - dijo Mai, con autoridad.
- Claro, claro. Aquí tienes tu cuaderno. Y te prometemos que no volveremos a tocarlo ni a leerlo sin tu permiso. Lo juramos. - dijeron Tobio y Shoyo, al unísono.
Mai cogió su cuaderno y lo guardó en su mochila. Luego se dirigió a la cancha con sus dos amigos, dispuesta a darlo todo en el entrenamiento.
.
•
.
Me sentía mal, no paraba de darle vueltas si habían leído mi última carta.
ESTÁS LEYENDO
𝙑𝙤𝙡𝙚𝙞𝙗𝙤𝙡 [|] Kageyama Tobio
RomansaTERMINADA. Como pone en el título es de kageyama tobio. La protagonista será oc, es decir que tendrá sus propias características. Pero siempre que no os guste podéis imaginarla como queráis. Una chica que siempre ha competido. Una chica que ahora...