Nota: la historia de hoy tiene contenido sexual, nada grave, pero quería advertí por si te incomoda este tipo de contenido.
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Los gritos en el estadio lo hacen sentirse un poco aturdido, la gente se mueve de un lado para otro, el confetti plateado vuela libre por todo el lugar; las risas triunfantes y las sonrisas victoriosas se pueden ver en cada persona del lugar, sus compañeros de equipo lo abrazan con alegría y un: “lo hicimos equipo” no deja de sonar en todo el estadio. Los instrumentos musicales suenan a todo volumen acompañando la celebración, la victoria, la felicidad de cada jugador. El trofeo va de mano en mano para que cada jugador pueda sacarse una foto junto a sus seres queridos, los camarógrafos y reporteros se mueven de un lado a otro buscando la oportunidad de entrevistar a cada jugador.
Diego busca con su mirada a ciertas personas, su cabeza gira en todas las direcciones posibles para dar con las personas que busca, su mamá, su papá y por supuesto su precioso novio era a quienes estaba buscando entre la multitud y el bullicio de gente. Una de las tantas reporteras se acerca a él para entrevistarlo, no le presta mucha atención y contesta vagamente, Diego de verdad que no quiere ser grosero, pero justo ahora le importaba más saber dónde estaban sus 3 personitas especiales que escuchar las preguntas de la mujer. Finalmente encuentra a su mamá o su mamá a él, no sabe realmente quien encontró a quien, pero eso no importa, él corre tras ella con sus brazos extendidos y un “¡Mamita!” lleno de felicidad sale de su boca, ambos se abrazan y Diego deja pequeños besitos por toda la cara de su progenitora, pronto su padre se une a su festejo personal, y al igual que con su madre, Diego lo abraza y deja unos besos por todo su rostro.
—¡Muchas felicidades mi amor!—dice su mamá con una sonrisa, Diego le da un beso en la mejilla y agradece la felicitación, quiere decirle más cosas a su madre, quiere decirle que gracias a ella y a su apoyo pudo lograr todo eso; de verdad quiere decirlo, pero su mente está más concentrada en buscar a Kevin, quiere compartir este momento con él.
—¿Y Kevin ma? ¿No vino?—pregunta y su rostro refleja su preocupación, incluso esa preocupación amenaza con volverse tristeza sino escucha lo que quiere.
Los ojos de su progenitora miran hacia aun lado para luego verlo a él con diversión, Diego esta apunto de darse la vuelta, pero unos brazos lo toman por la cintura y lo cargan, toda clase de preocupación o tristeza desaparecen de su rostro al darse cuenta de quién eran esos brazos, Diego sonríe y unas cuantas risas se escapan de sus labios, Kevin es feliz al tener a Diego entre sus brazos.
Deja a Diego en el piso y este da una vuelta para quedar frente a frente, ambos se sonríen, en sus ojos no se puede leer otra cosa más que la felicidad y el amor, Kevin lo abraza y lo felicita por su victoria y la de su equipo; se alejan del abrazo para poder verse directamente a los ojos y cuando eso ocurre ambos sienten que el mundo se detiene, los gritos se escuchan ahogados y a la distancia, las luces y los flashes parecen pequeñas estrellas que adornan su momento. Todo se reduce a ellos.