Noche de Whatsapp

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Ya se que todavía no he terminado mi otra historia pero me gustan los retos. Así que aquí otra historia. Esta vez de amor.Espero que disfrutéis.

Hoy es el primer día de colegio. Este es mi último año en el instituto. Dentro de 10 días será mi decimoséptimo cumpleaños. Esta es mi historia. Pero empecemos desde el principio.

Todo comenzó a finales del anterior curso. Estábamos en época de exámenes y, aunque ya me lo sabía todo (es lo que tiene estudiar ANTES de la época de exámenes), estaba en mi habitación con el libro de naturales.

- ¿Seguro que puedes quedarte solo?- Esa era mi madre. Soltera y trabajadora, me había criado ella sola y se había sacrificado para poder mantenerme. Hacía horas extras sin un centavo a cambio y, sobre todo, había dejado toda su vida social. Todo por mí. Así que la convencí de que se fuera por una vez. Y ella había aceptado a regañadientes.

- Mamá no te preocupes.- Me había costado convencerla, pero se lo merecía.

- No te olvides de llamarme cada hora, la cena está en el microondas, no abras a nadie y no hagas nada extraño o peligroso.- Me dijo preocupada.

- Entendido. No te llamo, la cena está en el lavavajillas, abriré a cualquier asesino en serie y montare una fiesta con pingüinos tomando el sol.- bromeé a mi madre. Lo de los pingüinos, para quienes les resulta extraño, es una broma que teníamos para decir que todo estaba claro. Si lo admito soy raro pero, ¿y qué?

- Bueno hasta luego, no me esperes despierto. Y a las doce te quiero ver dormido.- me dijo mientras abría la puerta.

- Yo también te quiero.- dije con un tono burlón. Al oír el portazo, cerré el libro y cogí el móvil.

Tenía unos doce mensajes de mi mejor amiga. O más bien mi única amiga. "¿Qué quieres, pesada?". la escribí. "¿Estudiando, RR?". Así era ella. Te mandaba un montón de mensajes para preguntarte qué tal estabas o qué hacías.

"Ha ha ha, ¿y tú qué? Deberías estar repasando para el examen". Sabía perfectamente que tampoco lo necesitaba, éramos los únicos que de verdad nos preocupábamos por estudiar durante todo el año.

"¿Qué tal lleva tu madre lo de salir de casa sin ti?". Ella lo sabía todo de mí, así que no era de extrañar. "La verdad es que bien, me esperaba que tuviese que llamar a los bomberos para sacarla" bromeé.

"A ti te abría gustado eso eeeeh". Ya sabía que se me olvidaba algo. Aparte de sabelotodo, antisocial y raro, soy gay. Y estoy atrapado en Narnia. Al menos para mi madre. Ya se había cargado de decírselo a medio instituto una amiga mía. O más bien ex-amiga.

"Ha ha no. Bueno, ¿Qué te cuentas?". La pregunté. "Nada, esperando a que me abras, pero nada" dijo como si nada. "¡¡¡¡¡¡Qué estas DÓNDE!!!!!!" bajé corriendo hacia el portal y miré por la cámara de la puerta.

- ¿Sabes que se supone que no tengo que abrir a extraños?- le dije molesto. Si mi madre se enterase de esto me mataría.

- Pero yo no soy ninguna extraña.

- De eso no estoy seguro.- la abrí para que pasase.- A ver, ¿Qué quieres que hagamos? Te puedes quedar aquí pero a las doce te vas, aunque tengas que salir por la ventana como los amantes.

- ¿Quién ha dicho que nos quedamos aquí?- dijo con una sonrisa de oreja a oreja.- Nos vamos al cine a ver una película. Y tendrás el privilegio de escoger.

- ¡Pero tú estás loca! Le prometí a mi madre que me quedaría aquí, no que saldría de juerga.- desde luego que tengo una amiga de lo más extraña. Es tímida, inteligente y rarita pero al pasar la noche se vuelve una loca con ganas de salir. Igual que un hombre lobo.

- No te preocupes, no se enterará. Llegaremos antes de las doce y será como si nada hubiese pasado. Pero venga, quiero una noche de amigos ya. Además, necesitas desesperadamente salir de tu cueva.- Dijo con tono infantil.

- Bueno, vale. Saldremos al cine, pero a las doce aquí. Esto será mi perdición.- Lo último lo dije susurrando. Sabía que esto era mala idea y al final todo me explotara en mi cara. Como siempre. Si mi madre se enterase de esto me mataría.

Esto es un MecheroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora