Abrumado.

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El mar de gente había disminuido, eran pocos los clientes que ocupaban una mesa y contadas las personas que iban por algo para llevar así que los chicos aprovecharon la oportunidad para ir un momento a la trastienda por el botiquín de primeros auxilios.

La herida en el rostro del pelinegro no era profunda pero eso no quería decir que no debiera ser trarada, un poco de alcohol y una curita serían suficientes para que Tweek no se sintiera ansioso al respecto y de paso eso significaba que Craig sentiría las suaves manos de su "novio" por su rostro... definitivamente valía la pena.

Por su parte el rubio no podía sentirse peor, por su mente rondaban cientos de cosas que pudo haber hecho para evitar que Craig fuese herido y Thomas insultado, es decir, el local era de su familia, pudo haber confrontado la situación desde un inicio pero... pero sus piernas se quedaron ancladas en su sitio hasta que ya las cosas habían escalado demasiado... había enfrentado Karen's en el pasado, incluso familias enteras que se sentían con el derecho de mandonearlo como si fuese un idiota por el simple hecho de que trabajaba en servicio al cliente, había salido victorioso de cada una de esas batallas y el no haber conseguido librar esta frente a su novio... lo hacía sentir patético e indigno de sus atenciones.

Era consiente de que una de las cualidades que admiraba Craig de él era su fuerza, no sólo la física sino su reciente actitud ante el peligro junto a su caracter renovado y ahora... temía que esa imagen decayera, que pelinegro notara lo insignificante que era y se alejara de él... sólo pensar en esa posibilidad era aterrador.

Con las manos temblorosas rebuscó dentro del botiquín de primeros auxilios hasta que encontró un poco de algodón, el alcohol y un paquete bastante colorido de curitas... un paquete que Craig le había regalado no hacía mucho tiempo.

Tener esa pequeña caja entre sus dedos añadía más emociones a la tumultuosa mezcla que ya de por sí tenía en la mente, Craig era demasiado considerado con él, a pesar de su ansiedad, sus ataques de pánico y su miedo constante... él seguía ahí, a su lado, procurando su bienestar... comprando curitas con estampados de estrellas para que usara en sus manos cada vez que se hiciera daño, procurando así que no se sintiera del todo como un fenómeno con tantas vendas adhesivas en un falso color "piel" que desentonaba con sus pálidas extremidades.

Según Craig era mejor hacerlas relucir con algo llamativo y adorable, así la gente no lo miraría con lástima o desagrado y tal vez podrían pasar como un accesorio más... recordar sus palabras era como regresar a ver su vieja versión metrosexual... era algo lindo.

Trató de dejar esos pensamientos de lado mientras tomaba el alcohol para aplicarlo en algodón y así acercarse a su "novio", si tan solo las cosas fuesen un poco distintas la cercanía entre sus cuerpos sería una bendición y no una tortura.

- ¡MMGH! - se quejó el pelinegro tras sentir algo de ardor en su mejilla.

- ¡Perdon! Yo... yo... - no hacía nada bien.

- Está bien, sólo es un poco de ardor, no es nada -.

- No yo... yo lamento no haber intervenido antes... - ni siquiera se sentía digno de sostenerle la mirada al chico frente a él - por mi culpa seguro Thomas debe sentirse como una mierda y tu... - levantó la vista solo lo suficiente para poder ver la pequeña herida en la mejilla del pelinegro e inmediatamente volvió a bajarla - debí manejarlo mejor -.

- Hey, no digas eso - ver a Tweek tan decaído por cosas que no estaban en su control era muy doloroso - nadie podía predecir que esa loca vendría - tomó entre sus manos el bello rostro del rubio, necesitaba que lo mirase a los ojos, que creyera en sus palabras - de no ser por ti todo habría terminado en la vil mierda... -.

- No sabes eso... -

- Tweek, me conoces, si bien suelo ser razonable la mayor parte del tiempo yo... cuando se trata de mis amigos me es difícil mantener la maldita boca cerrada -.

Aquel veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora