✿⁠ Kakyoin Noriaki

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Jotaro y Kakyoin se encontraban caminando hacia su escuela. Era un día muy frío, no obstante, había un ambiente agradable.

— Oye, Kakyoin.- Habló Jotaro, llamando la atención del joven. Una vez que lo miró, señaló el uniforme de su amigo, pues tenía una notable mancha en él. Kakyoin talló la mancha con su mano y suspiró con ligero desánimo al darse cuenta de que no se quitaba. Terminó por cubrir la mancha con la bufanda que llevaba.

— Debí tener más cuidado con los pasteles.— Expresó arrepentido.

— ¿Pasteles?

Kakyoin sintió nerviosismo con la cuestión de su amigo.

— Bueno...— Se ruborizó.- Hoy tengo algo importante por hacer.— Sonrió avergonzado y Jotaro lo miró, entendiendo la situación.

— Apenas llevan un mes. ¿Para qué tantos detalles?— Cuestionó Jotaro con seriedad.

— Aún así es una fecha especial, Jotaro.— Respondió aún sonriendo, con más calma.

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Tuvieron un día casual en la escuela, pero, durante el transcurso del día, Kakyoin no vio a su novia por ningún lado. Cursaban en diferentes aulas, sin embargo, todos los días se veían en los recesos en alguna de las mesas al lado del jardín.

¿Por qué justo ese día no había ido? Justo en el día en que cumplían un mes, además ella nunca faltaba a clases.

Se sentía algo inseguro, ya que siempre fue una persona reservada. Toda su vida fue un mar de soledad, (exceptuando la compañía de Hierophant Green) así que no tenía experiencia en relaciones amorosas.

Tal vez su relación en realidad no estaba yendo tan bien como él pensaba.

Trataba de no pensar en eso, él sabía que no estaba bien y que estaba siendo extremista, pero a veces era inevitable después de todo el tiempo que vivió sin socializar.

— ¡Kakyoin!— Escuchar a Jotaro lo sacó de sus pensamientos.

— Oh. Hola, Jotaro.— Saludó cabizbajo. Kujo se sentó a su lado y acomodó su gorra.

— Te hablé cuatro veces.— Observó a Kakyoin. Notó que claramente estaba triste.— ¿Dónde está?

— No lo sé, no la he visto.

— Entonces no vino hoy.— Dedujo Jotaro.

— No lo creo, ella siempre viene, sea como sea. ¿No es extraño que no haya venido justo hoy?— Dijo aún estando cabizbajo.

— Dame un respiro.— Sacó un cigarrillo y un encendedor.— Seguro le dio un dolor de cabeza o algo así.— Su amigo solo dejó sus brazos en la mesa para dejar su cabeza sobre ellos, cubriendo su rostro.— Kakyoin.— Comenzó a fumar.— Ve a su casa después de la escuela, no vive lejos.

El ambiente se volvió silencioso. Kakyoin pensaba en si era una buena idea el visitarla después de clases. Tal vez Jotaro tenía razón. Asintió no muy convencido al cabo de un rato.

— Gracias, Jotaro.— Dijo con una sonrisa triste y lo miró.— Te van a expulsar si te ven fumando.— Jotaro soltó una media sonrisa, se quedó callado y siguió haciéndolo.

Luego llegó una prefecta por él.

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Finalmente sonó el timbre, indicando el final de las clases, por lo que Jotaro y Kakyoin se despidieron.

El joven de cabellos rojizos comenzaba a sentir más nervios con cada paso que daba. En algunos minutos ya estaba fuera de la casa de la chica. No fue necesario tocar, pues ella abrió antes al ver esa peculiar cabellera por la ventana.

Jojo's One Shots | ✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora