『 ᴀᴍɴᴇsɪᴀ ᴄɪɢᴀʀᴇᴛᴛᴇs 』

01 | Uɴ Cɪɢᴀʀʀᴏ...

〘 Pasado|...10 años atrás... 〙

El había perdido la cuenta de cuántos cigarros había fumado durante ese año. Se suponía que solo sería uno para quitar ese estrés que tenía, sin embargo, eso se volvió un vicio.

Ese estrés le pasaba muy seguido como esas colillas de cigarro que yacían en el basurero tanto en su habitación como afuera.

【 Mel... 】

Esa voz siempre la reconocería, era ella. Esa chica que de una manera tan repentina empezó acercarse a él. Ya era costumbre que ella lo buscará en clases libres, si es que ese profesor faltará el mismo día, eso pasaba del uno al otro.

Solo había escuchado los problemas de la joven y ya eran amigos, para él no fue la gran cosa.

Volteo a verla y estaba un poco sorprendido, estaba llorando, ¿Otra vez había tenido una pelea con su novio?.. bueno no era tan sorprendente para su punto de vista.

Siempre pasaba eso.

La joven acercaba hacia donde estaba sentado y lo miro a los ojos. Le hizo una seña para que se sentará, pasaron unos cuantos minutos y finalmente lo hizo, se sentó un lado de él.

— Déjame adivinar, te peleaste de nuevo con él –su boca dejo salir el humo, ese olor tan amargo hacia el rostro de la chica. Ella solo tose y trata de apartar lo que quedaba del vapor– ¿Ahora por qué fue?, ¿Olvidó tu cumpleaños o simplemente no te pone atención de nuevo?

Sabía perfectamente que era bastante sensible con eso pero está vez le sorprendió su respuesta.

— Me peleé con el por ti... –abrazo sus rodillas que tenía unos cuantos rasguños que yacían con unas pocas curitas– no me gusta que te digan cosas malas...

Frunció el ceño algo intrigado, ¿Por qué el novio de ella lo metería en la pelea?. De todas maneras el ya estaba acostumbrado que le dijeran cosas "malas".

Un claro ejemplo su padre.

— Meliodas –cada vez que le hablaba por su nombre es que era algo serio y no se lo podía tomar en serio– me prometiste que ibas a dejar de fumar..

Y esa era una de las razones por las que no la tomaba en serio.

Desde unos cuantos encuentros que tenían comunmente, ella le dijo que si podía prometer eso y solo dijo que si sin darle importancia.

Nunca pensó que hablaba de verdad.

— Tengo mis límites –de nuevo inhaló y exhaló hacia la peliplateada, tenía una manía en molestar soplando el vapor hacia la chica– Yo se cuando voy a de–

Sintió como el cigarrillo era apartado de su mano de una manera tan brusca, miro que yacía en el suelo.

Eso sí que lo sorprendió tanto que lo anterior.

— Eso dañara tus bonitos pulmones –esa mirada que le daba, lo odiaba, eso lo hacía sentir mal. Su propia madre la hacía varias veces cuando estaba postrada en esa cama, detestaba demasiado eso pero ¿Bonitos pulmones? Los pulmones no eran hermosos, simplemente era algo que les daba vida al ser humano, no era la gran cosa–

— Eli, solo son dos veces por semana, así que no hay muchas posibilidades de que pase eso –eso era mentira y lo sabía, fumaba más de seis veces a la semana–

— Mel, ¿Por qué todo lo tomas como un reproche?

No dijo nada, no había pensado en que ella le estuviera reprochando o no lo pensó así. Aunque esa misma pregunta, hace cuánto no se la había hecho posiblemente desde que su madre murió por una enfermedad.

No le gustaba tanto que le preguntarán sobre eso.

— Y tu... ¿Por qué tienes todas esos rasguños en tus piernas?, ¿Acaso él te hizo daño?

Ambos se quedaron callados por unos cuantos minutos, para hacer exactos unos 30 minutos.
Saco la cajita de cigarrillos, miro que solo le quedaba uno.

Necesitaba comprar más, otra vez.

Diviso a la joven que solo estaba mirando a la nada mientras abrazaba sus piernas, se le ocurrió una idea.

— Eli –llamo la atención de ella, realmente para el era como una muñeca de porcelana– ¿Quieres probar? –mostró lo que tanto detestaba pero por otra parte quería ver su reacción o si podía hacerlo–

— No –nego varias veces, tenía un ceño fruncido, eso le molestaba bastante–

Se lo venía venir que no aceptaría.

— Como quieras

Ella diviso como era encendido esa droga, como era inhalado y exhalado por esos labios de ojos esmeraldas con tranquilidad. Para ella, él reflejaba tanta paz que juraría que se había olvidado sus problemas, ¿Realmente sabía tan bueno?

— Meliodas –esta detiene la muñeca del rubio– yo... yo quisiera probar...

Aunque pareciera que lo susurro la última palabra, pudo escuchar perfectamente pero solo negó con la cabeza.

Un suspiro salió de aquellos labios y la miro directo a los ojos.

— Elizabeth no voy a obligarte a probar algo que odias, no haré eso –esa mirada fruncida que daba el chico, le llegó una indirecta de una situación parecida con su novio– y tampoco me defiendas, no quiero que te metas en más problemas con ya sabes quién

— Mel, se llama Mael

— Si, si, si, si como sea.. solo ignoralo, seguramente quiere llamar la atención

Ella solo dio una pequeña risita, era algo que le gustaba ver de él, le parecía algo lindo. Aún así le volvió a rebatar y tirar al suelo el cigarrillo.

Si que necesitaba comprar otra caja, también una extra por si acaso pero al menos la había hecho sonreír.