#. Xiao una persona interesante pero de pocas palabras, aquel chico que sufrió por miles de años, ver morir a sus compañeros, sediento de sangre y de guerra.
Conoce a un chico viajero en busca de su hermana. Ambos se conocen y crean un lazo entre a...
Tras la mañana cálida, el sol apenas saliendo, los alrededores de Liyue se encontraban más tranquilos de los últimos días, o haci lo sentia Xiao.
— ¡Maestro Xiao! — Ganyu grito, mientras alcanzaba al adeptus.
Este miro a la peliazul, quien estaba bajo de el, recuperando aire mientras reposaba sus brazos sobre sus piernas.
— Ganyu, te dije que te quedaras en la Posada, ¿Que haces siguiendome? — Xiao regaño a Ganyu y esta solo bajo mas la mirada, antes de volver a subirla preocupada.
— Es el señor Zhongli —.
Y con esas palabras y nombre, Xiao captó toda su atención, al tratarse de Rex lapis..
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Aether apenas se encontraba bajando las escaleras de aquel árbol, mientras miraba a los alrededores. La brisa al igual que el ambiente se sentía tan acogedor como siempre, suspiro pesadamente antes de recargarse en el barandal, dejando que la brisa le diera en la cara.
— ¿Qué estaras haciendo? — suspiro leve el viajero antes de cerrar los ojos.
Por otro lado Xiao se encontraba llegando a la Posada, más pensativo que otros días, al igual que preocupado.
Era por qué Rex lapis le había dado órdenes y en esas órdenes se encontraba mandar a Aether a Mondstadt.
Apretó su puño leve y cerró los ojos, no queria que el rubio se fuera. Aun no, ¿y si le pasaba algo y el no estaba para salvarlo?; y no podía ir con el, por que tenía que estar en Liyue para su gente.
Abrió los ojos lentamente, al sentir el aire en su rostro y la brisa de la mañana llevarse un poco su cabello. ¿Por qué esto era tan dificil?... Pensó aquel chico, teniendo sus dudas nuevamente.
Que tal, ¿Si el universo no quería que estuviera cerca de esa persona que aprecia mucho?.
— ¿Segura que no quieres que te acompañe? — . Una voz conocida se hizo presente, interrumpiendo los pensamientos de el peliverde.
Que al escuchar la voz y reconocerla casi al instante, abrió más los ojos y hasta la areja para escuchar mejor. No se escuchaba muy lejos, pero tampoco muy cerca.
— Más que segura, gracias por tu preocupación viajero, pero estaré bien y aparte no estaré sola en el viaje — insistió una voz femenina negando la protección del rubio.
— ¿No estaras sola? —. Volvió a preguntar
Xiao quien se había teletransportado a donde estaba la conversación, por fin miro y confirmó de quien eran esas voces.
— ¡Sip!, y aquí a mis amigos del alma —. Sonrió Xiangling señalando las escaleras, dejando ver a los pocos segundos a un peli azul cansado y otro peli celeste casi en el suelo por el cansancio.
