Una joven aislada, un asesino misterioso y una aplicación atrapadora, serán las principales piezas que crearan una historia llena de mentiras. Donde los que parecían inocentes eran los cómplices de la desgracia.
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◇__Encuentros y tragedias__◇
-¿No podemos escoger otra película?- inquiero nada satisfecha por la elección que ella ha hecho.
Se deja caer al otro lado del sofá de la sala con una enorme taza de palomitas. Se mete una a la boca.
-No. Miraremos esa— sentencia con tranquilidad.
-No me gustan las infantiles- me quejo – Ni siquiera Nancy está despierta para que veamos esto.
-Es Enredados. Y es muy buena; no solo a mi hermana le gustan.
-No sé que le ves de bueno.
Abre la boca ofendida en una enorme “o”.
-¡Estás viendo toda mi infancia en esa película!— exclama con voz aguda.
Ruedo los ojos.
-Pues no me agrada.
-Deja de criticar y mírala conmigo.
Resoplo derrotada. Ella pinta una sonrisita satisfecha y se enfoca en la pantalla, se cruza de piernas en flor de loto y mastica otra palomita. La película transcurre y la observamos con atención, estiro la mano para tomar más palomitas del tazón que está entre los brazos de Thais. Después de aceptar de mala gana que viéramos esa película, al final conseguí concentrarme en ella.
-Amo a Flynn— comenta acompañada de una suave risa – De pequeña quería tener un novio como él.
Me mira con diversión. Arqueo una ceja con picardía.
-¿Tan pequeña y pensando en novios, Thais?— digo en tono burlón. Se encoge de hombros con un puchero simulando inocencia.
-Si es así, me declaro culpable.
-Demasiado culpable.
Ambas reímos. Hace un gesto de pensar y después deja caer sus ojos negros sobre mi.
-Cuando conocí a tus hermanos sentí una pequeña atracción hacia uno de ellos.
Uy chismecito.
Esto acaba de despertar mi interés. Me acomodo para verla mejor y llevo mi cabello rubio detrás de las orejas.
-Cuéntame más— pido interesada con las comisuras de mis labios elevadas.
Sacude la cabeza de manera juguetona.
-Fue por Ehylan— confiesa.
-¿Y que pasó?
-Nada. Tenemos dos años de diferencia y para ese entonces teníamos solo doce años y él se juntaba con otros de su edad.
-No es tanta la diferencia. Solo son dos años — ladeo la cabeza. Ella hace espavientos con la mano.
-Solo fue un amor de adolescente, Kaela. Ya quedó en el pasado; ahora lo veo como un hermano.
