𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐥𝐨𝐯𝐞 ◌𝐤𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐦◌

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➬G U K K I E _ M I N N I E

Maratón:1/4

Suspiré y me apoyé en la mesada de la cocina, cerrando los ojos. No podía sacarlo de mi mente, su sonrisa, su fragilidad, su cuerpo, su aroma. Todo en él me atraía de una manera inexplicable.

Me dispuse a preparar la cena, pero mi mente seguía con Jimin. Pensaba en la manera en la que me miraba con sus grandes ojos marrones, como si fuera lo único que importara en el mundo. Me sentía afortunado de haber encontrado a alguien como él, tan dulce y valiente al mismo tiempo, alguien que estaba dispuesto a arriesgarse por lo que quería.

Mientras cocinaba, mi mente seguía divagando en la posibilidad de tener algo más con él. Sabía que era arriesgado, que yo era muy diferente a él, que había muchos prejuicios en contra, pero, en ese momento, no podía evitar querer estar con él de todas maneras.

Terminé de preparar la cena y me senté en la mesa, tratando de alejar esos pensamientos de mi mente. Sabía que debía ir con calma, que tenía que asegurarme de que él también sentía lo mismo, pero, a la vez, mi lobo no podía evitar desear estar a su lado, protegerlo, hacerle sentir amado.

Finalmente, decidí que lo mejor era que intentará cortejarlo. Mañana luego de ir a la cafetería lo llevaré a por un helado, pero esta vez, sin interrupciones y amigos, solo nosotros dos solos. Quería tener la oportunidad de conocerlo aún más, de descubrir todas las cosas que le gustaban y las que no, de poder hablar con él sobre lo que sentía.

Termine la cena y me fui a dormir, sabiendo que el día de mañana sería clave en mi vida, pues tendría una cita con Jimin que podría definir el rumbo que tomarían nuestras vidas.

La mañana siguiente estaba bastante fría, pero eso no importaba demasiado, me arreglé y al salir me puse una chaqueta y salí de mi departamento, esperando estar a tiempo para encontrarme con Jimin en la cafetería. No quería hacerlo esperar, porque eso se vería bastante mal para alguien que quiere cortejarlo.

Cuando llegué a la cafetería, vi que Jimin ya estaba allí, sentado en una mesa cerca de la ventana. Le sonreí cuando me vio, y por una fracción de segundo pensé que iba a correr hacia mí, pero solo me saludó con la mano y me invitó a sentarme.

-Hola Jimin, que bueno que pudimos vernos hoy - le dije sentándome frente a él.

-Sí, definitivamente estaba emocionado por esto - el río medio nervioso, y eso me hizo sentir mejor, más relajado a su lado.

Decidimos pedir dos pasteles y compartirlos, ambos de frutilla, y empezamos a hablar de nuestras vidas, nuestros gustos y preferencias. Me di cuenta de que teníamos muchos intereses en común, y eso me hizo sentir aún más a gusto con él.

El día pasó muy rápido, y pronto tuvimos que separarnos para que cada uno pudiera ir a su hogar. Pero antes de irnos, le dije algo que llevaba tiempo queriendo decirle.