nadie como tú.

Dos caminos

En la encrucijada del amor, dos caminos se entrelazan,
diferentes senderos que el destino desgrana.
Uno es suave y sereno, como el susurro del viento,
mientras el otro es ardiente, como un fuego violento.

El primer camino, delicado y sutil,
es un amor etéreo, un lazo sutil.
Es un río tranquilo que fluye sin cesar,
con caricias suaves que invitan a soñar.

En sus brazos, se encuentran suspiros y ternura,
una pasión tierna y llena de dulzura.
Es un amor paciente, que florece despacio,
una sinfonía en silencio, un perfecto abrazo.

El segundo camino, en cambio, es tempestad,
un torbellino apasionado, sin necesidad de paz.
Es un fuego desbocado, un volcán en erupción,
que consume todo a su paso, sin distinción.

Es un amor urgente, que quema sin cesar,
con besos apasionados que hacen estremecer.
Es un mar embravecido, un tornado de emociones,
donde el corazón se agita sin restricciones.

Ambos caminos tienen su encanto y su magia,
y cada uno despierta una pasión distinta.
Uno es el amor tranquilo, el otro el amor ardiente,
y en el juego del destino, elige tu presente.

Quizás prefieras la calma, la serenidad en tu ser,
o tal vez anhelas la pasión, el fuego que quema tu piel.
Pero recuerda, en cualquier camino que decidas andar,
el amor verdadero es aquel que te hace vibrar.

Así que sigue tu corazón, escucha su voz,
y encontrarás el camino que te hará más feliz.
Dos caminos diferentes, dos formas de amar,
en la encrucijada del amor, tú debes decidir caminar.