nadie como tú.

¡Dos culpables!

Culpable de hacerte mia, y ser el causante de no salir de tus pensamientos cada día.

Culpable de fallarte algunas veces, pero aún así nuestro amor crece y crece.

Culpable de tener tanto amor, que ni el cielo ni las aguas del mar, pueden describir mi adicción por ti, mujer que de mi corazón nunca dejare salir.

Culpable de ser admirada por el mismo sol, que se pregunta ¿por qué eres capaz de brillar con tal explendor?

Eres culpable de hacer que la constelación de Orión no se presente en nuestro cielo con la misma emoción.

Culpable de la guerra que hay en mi interior, donde hasta los más pequeños soldados marchan al frente con gran motivación para luchar contra lo que no acepte nuestra relación.

Ambos somos culpables de llevar está hermosa relación, a un nivel donde los tontos no comprenden el éxtasis que sentimos cuando estamos juntos los dos.