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Afilo mi daga con cuidado de no dañarla, es el único recuerdo de mi padre que me queda después de todo

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Afilo mi daga con cuidado de no dañarla, es el único recuerdo de mi padre que me queda después de todo. Suspiro y miro la cabaña de Canute, Askeladd no me deja alejarme de esa estúpida choza desde que llegamos a este pequeño pueblo a reabastecernos. Lo más seguro es que el viejo de pacotilla se esté divirtiendo en uno de los prostíbulos del lugar.

Los copos de nieve empiezan a caer del cielo; grandes, blancos y esponjosos. Podría decirse que hasta se sienten cálidos, aunque en realidad hacía un frío infernal. Escucho como el blondo sale de la cabaña y se dirige hacia mi.

─¿Qué haces aquí? Si te enfermas Askeladd me matará. ─ Canute me tomó del brazo y el sentimiento es tan diferente que me asusta ─ ¡¿Qué crees que haces?! ¡Suéltame!

─Si te quedas... Si te quedas acá afuera te enfermarás tú ¿De qué sirve un vikingo enfermo si no puede pelear? ─ Nos quedamos en silencio un rato y quito la mano del más alto de mi brazo, me gusta más cuando está callado.

Me guió hasta la cabaña como si no supiera dónde está. Cuando entre el olor a leche con avena caliente inundo mis fosas nasales y no mentire me sentí en casa, cuando mi madre, mi hermana, mi padre y yo aún estábamos juntos, unidos en un mismo techo. Creo que estuve mucho tiempo en mi mente caminando en esos recuerdos porque no me había dado cuenta del cuenco que está en la mesa y que yo estoy sentado frente a Canuto mientras él come.

─¿Qué pasa, no tienes hambre? Pensé que si comías un poco de avena te sentirías mejor, si comes entrarás en calor. ─ No oía nada de lo que dijo el blondo solo escuche ́ comida, blah,blah,blah ́ el olor y la sensación a hogar no me deja prestar atención a lo que dice.

─Ya lo sé. ─No sabía nada en realidad, solo quería permanecer en silencio y disfrutar de la sensación tan cómoda. Solo fue después de un rato que empecé a comer y fue lo mejor que probé en mucho, mucho tiempo; no es que tuviera un sabor especial, único, no, no es así. No entiendo lo que tiene, pero lo que fuera que fuese lo hizo que supiese irresistible y no quería parar, mejor dicho no podía.

─Me alegro que te haya gustado. ─El príncipe soltó una pequeña risilla que hizo sonrojar al chico salvaje. ─Si deseas mas solo debes decirme ¿De acuerdo?

─Está bien.

Ahí estaban ellos, comiendo avena caliente juntos sin saber que afuera estaban Askeladd y Bjorn deteniendo a Ragnar para que no interrumpiera ese lindo momento de jóvenes que tienen juntos.

Ahí estaban ellos, comiendo avena caliente juntos sin saber que afuera estaban Askeladd y Bjorn deteniendo a Ragnar para que no interrumpiera ese lindo momento de jóvenes que tienen juntos

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𝚁𝚒𝚗𝚌𝚘𝚗_ᵀᴴᴼᴿᴺᵁᵀᴱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora