⩩ 9. 𝙀𝙣𝙩𝙧𝙤𝙢𝙚𝙩𝙚𝙧

4.5K 600 372
                                    

"Solo nos conocimos el otro día y ya me tienes sintiendo de formas diferentes."

Mi respiración se agita de sobre manera, respiro hondo pero el aire no llega a mis pulmones. Apreto los puños, asustada, necesito gritar pero no puedo hacerlo, no más. Agito las manos con fuerza y mi cabeza da vueltas. Estoy enloqueciéndome, no puedo seguir aquí.

— ¡Señorita, necesito que se calme! — Me grita el paramédicos intentando agarrar mis manos, me muevo de lado a lado en mi propio eje — ¡Señorita, dígame su nombre! ¡Necesitamos que se calme!

— ¡No me pidas que me calme, puta madre! — Siento mi corazón latir con fuerza, como si me hubiesen inyectado un shot de adrenalina. — ¡Acabo de ver a una mujer morir! ¡Está muerta!

— ¡Señorita, por favor, siéntese! — Exclama el paramédico.

—Suéltenla, yo me encargo. — Escucho desde atrás, es una voz áspera, varonil y mayor. Una que reconozco muy bien.

He volteado a ver y ahí estaba él, con su puto casco y su chaleco anti-balas. Mis ojos se han inundado de lágrimas y me he soltado del amarre y he salido corriendo a su dirección.

— ¡Pa! — Le he abrazado con fuerza y he empezado a llorar. Siento los pies débiles y las rodillas me empiezan a traicionar. Mi padre me abraza de forma firme y se arrodilla junto a mí. — ¿¡Donde estabas!? ¿¡Por qué no hiciste nada!?

— Yo.... — se ha quedado en silencio y me ha apretado en sus brazos. — No lo sé, ___. Realmente no lo sé, mi niña.. — Ha agregado y con la poca fuerza que tengo en los brazos,  golpeo su pecho.

— ¡Nunca sabes! — Le he reprochado,  respirando hondo contra su pecho. He podido sentir los latidos de su corazón, tan acelerados como los míos.

— Perdóname por no saber entonces... — Me ha dicho, tomando una bocanada de aire. Le ha hecho un gesto a el paramédico y este se ha ido. Me ha llevado con él a rastras a la acera, donde me a acurrucado en su pecho despacio, posando una de sus manos en el cabello de mi nuca.

Siempre hace esto... y siempre funciona.

Ha empezado a acariciar mi cabeza, haciendo movimientos circulares. Casi no tiene uñas debido a su ansiedad en el trabajo; cosa que me disgusta, pero si soy honesta, cuando me acaricia se agradece. Siento nuestros latidos en sincronía y mi respiración empieza a relajarse, con ello, voy calmándome. Él no me mira, yo no le miro, solo nos conformamos con mirar a la nada en su caso y en el mío, cerrar los ojos. Mis piernas se aflojan y siento la movilidad volver a mí, sin embargo, encuentro calma en los brazos de mi viejo. Ha respirado hondo en cuanto ha notado que he dejado de llorar tan fuerte y que solo sollozo.

— ¿Te encuentras bien, ____? — Me susurra, bajando el ritmo de sus caricias.

— No, no lo estoy, papá. — le he respondido de forma firme — Casi muero por culpa de un auto. ¿Tú estarías bien si te mata un auto?

— Claro que no.. no te pido que estes bien. — Me ha dicho ya en un tono más alto y sereno. Me he acostumbrado que su tono neutro sea el de un hombre enojado. — ¿Crees que necesitas que te vea un doctor? — Preguntó ya en si tono neutro.

— No, te aseguro que no.

— ¿Segura? Cuando tienes ataques de pánicos tus niveles de azúcar bajan. Tu madre me mataría si te dejo ir y no estás bien. — me ha ayudado a levantarme y he podido reincorporarme sin problema. Veo a mi alrededor por unos segundos, la ciudad está hecha un desastre.

⩩🕷️| 𝙏𝙖𝙧𝙖𝙣𝙩𝙪𝙡𝙖 {𝐇𝐎𝐁𝐈𝐄 𝐁𝐑𝐎𝐖𝐍}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora