|Toxinas|

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Después de que Rengoku despertara y los cazadores pudieran volver a estar tranquilos decidieron volver a sus labores así que algunos fueron a misiones dadas por el patrón mientras que los otros salían a los pueblos cercanos a distraerse un rato.

—Iguro.—El chico de ojos bicolor dirigió su mirada al Pilar del Viento debajo del árbol en donde estaba.

—¿Qué?

—No estabas en la finca mariposa, Rengoku a despertado.

—Estupendo.—Obanai bajo del árbol y le dio una rápida mirada de abajo hacia arriba al Pilar del Viento y se comenzó a alejar.

Sanemi decidió ignorar esa mirada y lo siguió de cerca.

—¿A donde vas?

—Al pueblo, ¿porque?—La serpiente de Obanai siseaba ligeramente hacia Sanemi como invitándolo a que siguiera con el Pilar más bajo.

Sanemi observo la espalda de Iguro y frunciendo ligeramente el ceño se coloco al lado de Obanai, este lo miró de reojo.

—Iré contigo.—Iguro se detuvo y volteo a verlo ligeramente sorprendido.

Sanemi alzó los hombros.

—¿Por que tan interesado en acompañarme?..Pensé que no te gustaba salir a ninguna parte.

—¿Acaso no puedo hacerte compañía?.. Nisiquiera me notarás. Andando.—Jalo a Obanai del brazo sin darle tiempo a decir algo, el Pilar de la Serpiente simplemente se dejo arrastrar de todos modos no podía nergarle nada a él.

Sanemi e Iguro caminaban tranquilos por el pueblo, Sanemi velaba que no hubieran problemas e Iguro solo caminaba desinteresado, solo miraba momentáneamente las tiendas y seguía su camino

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Sanemi e Iguro caminaban tranquilos por el pueblo, Sanemi velaba que no hubieran problemas e Iguro solo caminaba desinteresado, solo miraba momentáneamente las tiendas y seguía su camino.

—Iguro, si no viniste aquí a comprar ¿para que querías venir?..

—Quería despejar mi mente.—Sanemi lo miró de reojo.

—Me pregunto que querías sacar de tu cabeza.—Sanemi alzó una ceja con burla.

Obanai lo miró fijamente durante unos segundos después despego la mirada y siguió caminando, Sanemi se encogió de hombros y lo siguió.

Sanemi soltó un quejido al sentir como alguien chocaba de manera brusca contra él, se dio la vuelta dispuesto a ver quien había sido pero se calmo al ver a una joven chica llorando, parecía asustada.

—¿Te encuentras bien?—Obanai los miraba de reojo ajeno a lo sucedido.

La chica tuvo que respirar varias veces para poder calmar su respiración y poder hablar.

—Un ho-hombre se lle-llevo a mis amigas y yo apenas pude escapar..—La chica había comenzado a llorar con fuerza y Obanai no pido evitar fruncir el ceño por el ruido. Por otro lado Sanemi sintió lástima por la chica.—El hombre era horrible, parecía des-desfigurado.. y no parecía hu-humano..

Niebla y Luna |KNY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora