Enamorando a Andre Prinst. (Pausada)

Capitulo 2

Víctima: Andre Prinst.

Edad: Diecinueve años

Fecha de nacimiento: 06-11-94

Características: Alto, ojos marrones, musculoso, cabello negro.

Objetivo: Romperle el corazón.

Tips y/o recomendaciones:

1.- Enamorarlo.

2.- El tiempo no existe aquí, solo tendrás que hacer que se enamore perdidamente de ti.

3.- No besos, no sexo; tienes imaginación, ¡pues úsala!.

4.- Hazte su mejor amiga, ahí empezará todo.

5.- Prohibido enamorarse.

Leo por séptima vez la hoja rosada con la foto actual de Andre Prinst dejada por Kris. Esto no puede ser, no quieren besos ni sexo, obvio que nunca tendría sexo con él pero... ¿No besos? No tengo muchos encantos y se supone que una de las tantas cosas que aman los chicos son los besos de su chica.

La pongo en el cajón de mi ropa interior, en una esquina y la guardo ahí. Suspiro y me acuesto en la cama ya con el pijama puesto.

Mañana es el primer día de clases, primer día de universidad. Después de dos años he regresado solo por un motivo, estudiar. Sé que una de las consecuencias sería volver a ver al chico que me hizo tanto daño en la secundaria, y una de las ventajas es que estudiaría con mis tres mejores amigas, que no las veo desde que me fui.

Las extrañé demasiado, la vida en Francia fue difícil. Tuve que terminar la secundaria allá y tener que aprenderme su idioma, lo que fue más difícil aún. El ser nueva y no tener a quien contarle las cosas que te suceden, el sentirte sola y abandonada todas las noches, tener que ver a tus mejores amigas por Skype y que te cuenten todas sus salidas sin ti es deprimente pero lo supe sobrellevar.

Cuando Kris me dijo que podía conseguir una beca para la universidad, me emocione tanto que fui corriendo desde el colegio hasta el trabajo de mi papá. Me demore unos treinta minutos en llegar pero valió la pena. Saber que solo tenía diez meses para prepararme y dar el examen de admisión para entrar a la prestigiosa Universidad de Sunville. Fue un duro trabajo porque, como ya dije, no soy muy buena en las materias, pero con esfuerzo y ganas todo se logra.

Me siento nerviosa tan solo con cerrar los ojos e imaginarme el rostro de Andre sonriéndome y mirándome tan intenso que me perdería en sus ojos. Abro los ojos de golpe y aprieto la mandíbula. Tan solo no debo pensar en él, ¿A caso eres masoquista Ela? ¿Lo sigues queriendo a pesar de que te hizo mucho daño?

Ignoro mis propios pensamientos y me dispongo a abrir la cama. Siento unos toques en mi puerta y grito a que pasen. Brooke pasa y se hecha en mi cama.

—Ela— dice ella con una sonrisa—. No hemos podido hablar— sonríe y palmea a su costado dándome la indicación a que me siente.

—Tú nunca has tenido tiempo— frunzo el ceño y me recuesto a su lado poniendo mi mano en mi cachete como soporte.

—Sí, es que he tenido que hacer unos papeles de la universidad y esas cosas— dice restándole importancia. Asiento—. ¿Cómo estás?— cambia de tema rápidamente pero no le tomo importancia, ella siempre ha sido así.

—Bien, aunque un poco cansada por la fiesta que tuvimos ayer— digo arreglándome el cabello y ella se mira las uñas.

— ¿Ya sabes que todos están hablando de tu regreso, no?— pregunta rodando los ojos.

— Uhm... ¿A sí?— no sé qué responder, nunca antes me habían tomado importancia y de unos dos años a ahora, se toman el tiempo de interesarse en mi vida—. ¿Genial?

— ¿Solo genial?— me pregunta sentándose de golpe y yo me reincorporo lentamente.

—Sí...

— ¿Qué te pasa?— me pregunta—. Todos los cotilleos son de ti y eres el centro de la conversación de todos. ¿Cómo puedes decir solo genial?

—No me importa mucho, Brooke— le digo encogiéndome de hombros—. Solo hablan de mí.

—Tú estás definitivamente loca— ríe y yo me ofendo un poco por la forma en que lo dijo pero no se lo digo—. Bueno, se hace tarde. Mañana nos vemos Bella Ela— me da un beso en el cachete y sale de mi habitación.

—La conversación más rara que he tenido en toda mi vida a parte de la charla con mis padres— susurro.

— ¡Levántate Ela Bella... Pendeja!— grita una voz demasiado conocida para mis oídos— agarro el pie de Kris y lo tiro para un costado haciendo que suelte un grito y se caiga al suelo—. ¡Agradece que tienes alfombra, si no ya no verías mi hermosa cara!

—Sí, claro— le digo adormilada volteándome a un costado mientras me saco todos los cabellos de mi cara—. Unos minutos más, ¿ya?

—No, hoy empieza el juego— me dice—. Arréglate si quieres impresionarlo aunque... siempre impresionas— abro mis ojos de golpe y volteo encontrándome con nada—. ¡Te quiero en cinco minutos abajo!— grita mientras se encamina a las escaleras.

Me levanto rápidamente y voy corriendo hacia el cajón donde escondí la hoja y la abro.

No enamorarse, no besos, no sexo; solo imaginación.

Asiento y me persigno para que todo vaya bien y logre cumplir todos estos... requerimientos. Guardo la hoja y entro al baño para lavarme y después arreglar y así estar lista.

—Sunville, aquí nos tienes— dice Kris mirando el enorme edificio frente a nosotros.

—Infantiles— Brooke rueda los ojos y camina delante de nosotras.

—Teñida— gruñe Beth haciendo que Kris y yo soltamos una carcajada—. Ya vamos, la diva no entrará sin nosotras.

Asentimos y comenzamos a caminar hacia la entrada. Mientras caminamos veo como todos nos miran o me miran, tal vez lo que decía Brooke era verdad. Todos me recuerdan.

—Ella era, fue la apuesta— susurra una de las chicas del grupo que se encuentran a mi costado.

—Taradas— les dice Beth—. Ya quisieran que Andre les hable.

—Ya cálmate, gatita— le dice Kris riéndose. Asiente y arregla su cabello.

Beth se calma y subimos las escaleras para llegar a la puerta de entrada. Brooke nos espera ahí mirando sus uñas rosas y cuando se da cuenta de que ya llegamos a su lado, nos sonríe alegremente y agarra mi brazo para enlazarlo con el suyo. Abrimos las puertas y todos se quedan quietos cuando me ven entrar.

Que comience el juego.