La descarada

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Cometí... un ligero error ja, ja, ja

Había dicho que los protagonistas de EAH no eran más que adolescentes, pero eso es mentira. Estaban en su segundo año de clases, y para Juegos de Dragones ya era el tercero. La mayoría cumplió la mayoría de edad.

Eso, sin contar que aquí, todo el curso de Apple repitió un año. Por lo que todos son mayores de edad.

¿Sepan disculpar? Rayos, por eso, odio escribir fics sin 7 años de planeación previos. Y este fanfic está desafiando todas las leyes de lo que yo misma me impuse. Olvidó esos detalles, eso sí, me estoy divirtiendo muchísimo al escribirlo. Ya me entenderán luego el porqué.

También, disculpen que este capítulo me hubiera salido ligeramente más corto. Pero considere necesario contar esta llegada. Nada más.

¡No me funen!

PD: ¿Les gustaría que pusiera en los videos la canción en la que me baso para el capítulo? Digo, es irrelevante más que un par de dialogos, pero si quieren...

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Daring Charming solo podía decir una cosa de su hermana.

Y es que la odiaba.

Con todo lo que él era, Daring Charming odiaba a su hermana.

Aquel viaje de regreso al castillo Charming, había sido el momento más incómodo de toda su vida.

Bueno, el segundo más incómodo de su vida. El primero había sido cuando su beso no despertó a Apple White.

¿O era cuando vio que el beso de su hermana sí la había despertado? Era difícil descubrirlo. Había pasado en tan poco tiempo...

Ver a su hermana tan contenta le daba repulsión. La misma que había sentido él en ese momento.

Claro, nadie le había visto tirar la corona, estaban muy ocupados en salvar "otra vez" la tierra de los cuentos de hadas. Por favor, siempre habría problemas, y siempre alguien los solucionaría mágicamente. Así pasaba siempre. ¿Cuál era la necesidad de entrar en pánico por cada ocasión?

Había otras cosas por las que realmente deberían preocuparse. ¡Cómo que perdió su destino!

¿¡Por qué nadie le prestaba la debida atención!?

Y claro, otra vez, su hermana había llegado al rescate, cuando junto con Dexter y Hunter se habían metido en problemas.

No estaba seguro de en que momento se había vuelto tan insufrible.

Y claro, como era de esperarse, fue cuestión de unas horas para que todo el mundo estuviera enterado de la tragedia. De ser el príncipe más codiciado y respetado, ahora no era nada más que una burla, un chiste, una basura.

Durante toda su vida, Daring Charming había sido visto con elogios. Puesto en la cima, sobre sus hermanos, como era el derecho del primogénito. Le habían prometido una vida de lujos y placeres. Ser el próximo heredero al cuento de Blancanieves. Sus hijos tendrían los mejores cuentos, y su hija sería la próxima Blancanieves. Una vida que cualquiera envidiaría.

Cada capricho que había deseado, se había cumplido. Todo lo que deseaba, lo había obtenido.

¡El día del legado, la boda de Apple y él había sido en el espejo! ¡Su destino era ser el príncipe encantador de Blancanieves!

Entonces, ¿Cómo había pasado todo eso? Solo podía ser obra de su hermana, y esa horrible costumbre por juntarse con los rebels. Ellos debían haber modificado algo. Ese día que destruyeron el libro del legado, su hermana no apareció en ningún lugar. ¡Debía estar confabulando todo ello!

Die VorurteileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora