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JiMin se miró en el espejo y sonrió en grande, le gustaba como se miraba su cuerpo, ya solo pesaba 80 kilos y aunque no era su peso ideal para las estadísticas coreanas, se sentía muy conforme. Tenía ya alrededor de un año haciendo dieta con su nutriólogo y este era su progreso, hasta ahora, porque pensaba bajar mucho más, quizás a 50 kilos, para entrar en los estándares coreanos.

No obstante, YoonGi no estaba de acuerdo, no por su preferencia a losgorditos, sino por su salud y lo había hecho entender que estaba bien tal como está, siempre que se sintiera seguro consigo mismo. Claro que convencerlo no le fue tan difícil, pues se había encargado de adorar cada milímetro de JiMin durante este tiempo y con eso había sido suficiente para hacerlo ver cuán perfecto era.

JiMin se sintió tan amado y deseado que no encontró motivos para seguir cambiando su cuerpo, estaba bien con un poco de sobrepeso y al diablo los estereotipos, gordofobia y discriminación. Al fin y al cabo, YoonGi estaba para él, cuidándolo de las malas miradas cuando tenían citas como pareja o defendiéndolo de las personas que lo molestaban con comentarios burlones.

Desde el comienzo las cosas iban excelente entre ellos y eso era lo esencial, que su relación no se basaba en lo que los demás opinaran, sino en lo que ellos sentían. Quizás su noviazgo fuese de una manera muy distinta a la normal, pero era real y ninguno de los dos estaba incómodo con cómo se dieron las cosas, mucho menos lo que hicieron en su primera vez juntos.

Oh, sí, esa deliciosa ensalada "especial" de YoonGi había convencido a JiMin de una forma tan única, que incluso lo han estado repitiendo otras veces con diversos alimentos. Más que nada solían hacerlo con frutas y verduras, esto debido a que había mucha variedad en el vivero que el nutriólogo cuidaba.

JiMin disfrutó cada invitación a la casa de YoonGi, pues siempre había algo de cosecha nueva esperándolo sobre la barra de la cocina y un buen vino con afrodisíacos, que no siempre bebían.

Para alguien como JiMin, experimentar tanto placer con YoonGi fue como encontrar el mismísimo cielo y luego caer al infierno cada vez que le provocaba un fuerte orgasmo. Era tan contradictorio y adictivo que no pudo detenerse en cuanto inicio, lo volvió algo rutinario, como si fuese una de sus cinco comidas diarias, ya que servía de la misma manera.

Ya no había vacío en su interior, se sentía lleno y todo gracias a su nutriólogo.

Sin embargo, JiMin algunas veces seguía dudando de que alguien como YoonGi estuviera a su lado y lo quisiera, por eso decidió que lo mejor era preguntarlo directamente. Esta tarde tenía acordada una cita casual para las cinco de la tarde, en esta ocasión se verían en su casa, la cual en todo este tiempo su nutriólogo no había visitado.

JiMin era muy reservado en ese aspecto, pues su hogar era su zona de confort y su escondite cada que alguien lo lastimaba. Pese a eso, ya confiaba lo suficiente en su novio para dejarlo entrar, que viera esta parte de él, la cual no era la gran cosa, pero en lo personal tenía un gran valor emocional.

YoonGi estaba muy emocionado y cautivado porque sabía de antemano que este era un paso importante en su relación, tanto así que se encargó de llevar un arreglo floral y una canasta de alimentos como presentación. Por el entusiasmo quiso hacer algo distinto y se vistió de manera informal, utilizando unos pantalones negros, entubados y rotos de las rodillas, junto a una camisa de satín morada que resaltaba con su cabello negro y piel blanquecina. Normalmente, siempre iba con traje de vestir a trabajar en la clínica y para su propia casa andaba por comodidad con overol o sencillamente una pijama fresca, haciendo que JiMin nunca lo viera con prendas sexys como estas.

Cuando aparco su elegante camioneta SUV premium palisade, se aseguró de verse en el retrovisor, ponerse un poco de loción y tomar los presentes para su paciente. Observó el edificio de departamentos unos instantes y distinguió que debía ser caro, llamó a la puerta y por el micrófono JiMin le dijo que podía subir, la puerta realizó un sonido que le hizo saber podía pasar. Rememorando, se dio cuenta de que nunca le había preguntado a qué se dedicaba su lindo novio y se dijo que le preguntaría al llegar a su piso.

𝓒𝓾𝓻𝓿𝔂 𝓫𝓸𝓭𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora