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YoonGi siempre fue un hombre muy paciente y sabía perfectamente cómo jugar sus cartas, por lo que tenía a JiMin bajando de peso de manera lenta mientras él cuidaba su vivero y cultivaba buenas frutas y verduras para regalárselas. Se volvían mucho más cercanos con cada consulta y provocación, las cuales estaba seguro su paciente comprendía y entonces le daba los alimentos que le ayudarían como parte de su dieta. "Una pequeña muestra de apoyo" que cabe resaltar no tenían nada extraño, simplemente disfrutaba de ir atrapando a su presa lentamente y endulzando su alrededor para que cuando lo atacara no supiera ni que paso. Además, en realidad, disfrutaba de llevar su cosecha a la clínica y que cuando se las daba a JiMin le hacía movimientos sugerentes con ellas, como apretarlas y sacudirlas.

YoonGi era un maníaco que adoraba ver a su paciente con el rostro rojizo, sus ojitos dilatados por la insinuación y su nerviosismo, era jodidamente hermoso. Con el paso de tres meses había hecho que su paciente bajara 10 kilos, así no era tan notorio su plan de mantenerlo obeso y que a su vez se enamorara de él.

JiMin se mantenía contento al ver que obtenía resultados y se veía al espejo con una pequeña sonrisa de autosuficiencia. A su vez con un poco de amor porque era increíble que su nutriólogo gustara de su persona, ya que podía ser algo tonto e inocente, pero no ciego. Sabía que algo ocurría entre ellos y estaba un poco desconfiado de ese aspecto porque no creía que alguien tan hermoso como YoonGi se fijará en un gordo como él. Pese a eso, gozaba de cada momento que tenían juntos durante sus consultas y ya no dudaba tanto en sus órdenes como desvestirse para las mediciones. Tampoco cuestionaba cuando su nutriólogo le pedía que le mostrara la piel sobrante de su obeso cuerpo, pues era obvio que debía ver si la grasa se estaba acumulando o quemando. Continuaba sintiendo vergüenza, eso era inevitable porque YoonGi era muy directo con su coqueteo y lo ponía todo estúpido con pequeñas acciones, como sus regalos y cumplidos. Nunca antes le habían dado algo, ni siquiera en las muestras gratis del supermercado, y era evidente que mucho menos recibió un halago alguna vez sobre lo bonito que eran sus ojos o sus labios.

JiMin no estaba cayendo, ya se había deslizado desde el primer mes y ahora incluso se arreglaba un poco para ir a sus citas en la clínica, sin importarle que las enfermeras se burlaran. YoonGi le parecía alguien amable y confiable, así que la última vez que se vieron intercambiaron sus números de celular y se mensajeaban casi a diario.

Desde entonces JiMin suele enviarle fotos de sus comidas y su nutriólogo le responde con cumplidos, ánimos y emojis graciosos. Su conversación más larga fue reciente, cuando YoonGi le aviso que la clínica cerraría por una quincena y su cita estaba cancelada porque hubo un problema con la electricidad. JiMin estaba muy triste por no poder verlo y su nutriólogo fue capaz de distinguir su cambio de ánimo a pesar de no tener la posibilidad de admirar su rostro, por lo que lo invitó a su casa y él aceptó.

En cierta parte, YoonGi le había mentido porque la clínica si estaba laborando, aunque realmente no había luz y aprovecho eso junto a su descanso para avanzar en su relación. Consideraba que era momento de tirar una carta distinta a la mesa y reconocía de antemano que saldría bien porque su paciente le daba luz verde en cada movimiento.

JiMin se dejaba hacer de todo sin titubear y YoonGi adoraba eso, que fuera tan iluso y manejable, pero sobre todo que intentará llevar su ritmo sin detenerse en su pudor. Se podría resumir a que lo estaba controlando o educando para que lo complaciera después, más su paciente no era tan ingenuo como tal se suponía.

Una cosa era que JiMin se hiciera y otro que lo fuera, pero YoonGi no tenía por qué saberlo, después de todo, distinguía que eso le gustaba en él.

JiMin tomó la invitación para mejorar su atuendo y esta vez utilizó algo más ceñido a su cuerpo, unos pantalones de mezclilla entubados y una camisa roja con rayas blancas junto a unos botines de tacón. Se colocó una pequeña cantidad de maquillaje para resaltar sus ojos grisáceos con una sombra oscura y los labios con un bálsamo labial de sabor cereza.

𝓒𝓾𝓻𝓿𝔂 𝓫𝓸𝓭𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora