Declaración de salvación

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Antes de ti, las cosas dolían un poco más. El mundo pesaba tanto que lentamente me hundía con él, y la ansiedad se calaba en cualquier parte de mí. Había dolores que no sabía dejar ir.

Era un náufrago ansiando tierra firme.

Entonces llegaste tú, a abrirme los ojos y sacarme de los despojos.

Eres el resguardo de toda tormenta.
La cura de todos mis males.
La protección de todo daño.
La clave de una vida incompleta.

Nunca te vayas, por favor,
porque,
en tu comprensión está mi sanidad
y en tu compañía mi libertad.

El Prólogo Del BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora