El espejismo de la noche

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Intercambiamos miradas, y quiero que la noche dure para siempre.

Que el tiempo se detenga,
que los relojes se desvanezcan,
que el ruido se disipe,
y que seamos las únicas dos personas
que existen.

Nos miramos los labios, y nos tienta la necesidad de unirlos. Así que, sin pensarlo dos veces, nos agarramos la nuca y acercamos lentamente nuestras bocas...

Y quiero que la noche nunca acabe,
porque cuando lo haga,
despertaré;
y me daré cuenta
que todo fue un sueño
y que jamás te tuve en mis brazos.

El Prólogo Del BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora