Beso de despedida

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Para nuestro primer beso,
estuvimos esperando
y ansiando al momento oportuno,
o el instante en que la tensión
que había en nuestras cuerdas vocales
fuera tan fuerte
que pudiera quebrar
nuestra indecisión.

Mil besos más tarde
- todos dados con pasión y ternura -,
se nos ve forzado el peor de ellos:
el de despedida.

Y, como desgraciada ironía,
llegó igual que el primero:
con mucha incertidumbre,
sin saber lo que pasará después de darlo,
con pizcas de tensión,
y con un nudo en la garganta
que las palabras no podían desenredar.

Espero recordar el sabor de tus labios
para toda la eternidad.

El primer beso nunca se olvida,
pero menos se olvida el de despedida.

El Prólogo Del BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora