Sinsentidos y sin directas

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Nos gusta jugar al pilla-pilla entre movimientos estáticos.

Jugar al escondite y escondernos sin que nadie sepa que nos tienen que buscar.

Que nos lean el lenguaje de signos que nos hemos inventado.

Pero nada es más claro que la verdad dicha a la cara.
Así que te lo digo yo:

Mil indirectas no suman una directa.

El Prólogo Del BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora