A World Where You Could Leave- (Ventino)[Makia]

Capítulo 6.

El día ya había finalizado y yo no aguantaba más el cansancio y mis tacones, pero Natalia posó su mano en mi cintura y se llevó toda la atención mientras subíamos al ascensor.

- Quizás me dé una ducha y baje a beber un trago.- Lanzó tranquila.- Si quieres te busco.-

- Estoy muy cansada.- Agaché mi cabeza. Un trago no es tan terrible y con ella mucho menos.- Pero acepto.- Noté una leve sonrisa en su rostro.

- Prometo dejarte en tu habitación temprano.- Entró en su cuarto, corriendo al mío para intentar calmar mi corazón.

Quizás ella hace ese tipo de comentarios con sus amigas. O quizás sus intenciones podrían ser otras.

Busqué un vestido sencillo, pero que lograba resaltar mis curvas, abriendo justo cuando ella iba a golpear.

- Hola.- Me dio una rápida mirada y sonrió.- Está muy bonita, señorita De Angulo.-

- Usted igual, señorita Afananador.- Traía un pantalón cargo que me gustaba mucho y una camiseta básica, pero que a ella le quedaba muy bien.

Todo a ella le queda bien.

- Qué quieres beber?- Preguntó observando la carta.

- Sorprendeme.- Vi perfectamente cómo le susurró algo al barman, aprovechando a ver como su mano quedaba muy cerca de la mía, conectando nuestras miradas para que ella sonría.

- Cómo estás? Supongo que sigues cansada, pero por algo aceptaste venir aquí.-

- Me interesa conocerla.- Alzó una de sus cejas.- Me intriga muchísimo. Es una caja de sorpresas.-

- Te sorprendería abrir esa cosa. Yo no encuentro la llave.- Reí junto a ella, recibiendo dos vasos iguales, chocandolos antes de darle un sorbo que quemó mi garganta.

- Qué es?-

- Sorpresa.- A pesar de ser muy fuerte, me gusta.- Te gusta la ciudad?- Asentí rápidamente.- Supongo que no soy la persona con la que esperabas conocer estos lugares pero quisiera que tu estadía aquí sea placentera así tengamos mucho trabajo.-

- Estoy acostumbrada a su ritmo de trabajo.-

- Lo noté.- Sonrió mordiendo levemente su labio.- Y creo que es algo que destaco de ti, otras no lograron jamás amoldarse a mi.-

- Cumplo con sus expectativas?-

Suspiró.- Las superas.- Mi gran excusa en estos momentos es el trago, pero en cualquier caso, tengo mis mejillas muy sonrojadas, solo que antes que aceptar que son por los comentarios de Natalia, prefiero fingir que no me ocurre nada.

Hasta que los tragos se terminaron y nosotras seguíamos hablando sobre el lugar, sin entender en qué momento llegaron dos tragos más.

Estos eran diferentes a los anteriores. Eran dulces, parecían suaves, pero me comencé a reír por cualquier comentario y a marearme muy fácil.

Mierda.

- Creo que no estas acostumbrada a beber, pequeña.- Tomó mi mano.- Quieres ir a tu cuarto?-

- Vas a entrar conmigo?- Sonrió levemente.

Su sonrisa es hermosa, sus ojos se achinan y sus dientes blancos relucen.

- Voy a asegurarme de que te acuestes en tu cama.- Me tomó de la cintura y me llevó hacia el ascensor, apoyándome en su pecho para que en un rápido movimiento se vuelva en nuestro segundo abrazo.

Escuché que suspiró, pero comenzó a acariciar mi cabello y a sostenerme con fuerza, sin sentir que esté incómoda.

Abrió la puerta por mi, moviendo mis sábanas para ayudarme a recostarme, quitando mis zapatos para que esté cómoda.

- Mi pijama está en el primer cajón.- Dejó un beso en el dorso de mi mano.

Lo dejó a mi lado, observando perfectamente como se aseguró de no verme desnuda en ningún momento, mucho menos de tocar algo que no corresponda.

- Espero que mañana no estés enojada conmigo.-

- No podría hacerlo.- Conectó nuestras miradas luego de cubrir mi cuerpo con las sábanas.- Me sonríes y ya se me pasa lo temprano que me haces despertarme.- Ella sonrió.

- Te vas a arrepentir.- Acarició levemente mi mejilla.

- Gracias por cuidarme.- Apreté su mano.- Federico ya me hubiera tocado y estaría dormido desnudo a mi lado.- Su mano subió a mi cabello.- Mi vestido estaría roto y mañana me despertaría con dolor en mi entrepierna por lo bruto que es.-

- Shh.- Dejó un beso en mi frente.- Mañana te vas a arrepentir.-

- Yo? Estoy con Natalia Afanador, otras se morirían por tener mis privilegios así solo te lleve café todas las mañanas.-

- Haces mucho más que eso.- Cerré mis ojos.- Me das motivos para ir a trabajar cada mañana.-